Ayer miles
de trabajadores volvieron a responder al llamado del PIT-CNT y llenaron 18 de
Julio de banderas, cánticos, cohetes, alegría y compromiso. La abigarrada
columna iba de cordón a cordón y se extendía desde Andes hasta casi la Plaza
Libertad.
Los organizadores estimaron la concurrencia
entre 25 mil y 30 mil, el número exacto, imposible de delimitar, en realidad
poco importa. Fueron un montón. Un precioso montón de compañeras y compañeros.
Se movilizaron con unidad, expresaron su solidaridad con sus iguales en lucha y
respaldaron en la calle, como se debe, las propuestas de sus sindicatos.
Ayer el
movimiento sindical uruguayo se desplegó en todo su potencial y esplendor, no
lo vio el que no lo quiere ver. En la movilización pasada de los gremios de la
industria, que desbordaron la explanada del Palacio Legislativo, El País dijo
al otro día que “algunas decenas de trabajadores enlentecieron el tránsito en
Avenida del Libertador”. No hay manera de saber lo que dirán mañana y en
realidad tampoco importa.
A la
derecha política, empresarial y mediática le molesta que los trabajadores se
organicen, que se movilicen, hasta que opinen. No les sirve nada. Si se
movilizan por sus reivindicaciones concretas son “corporativos”, si opinan sobre la realidad nacional e
internacional “hacen política”. Los quieren adormecidos, divididos,
indiferentes, apáticos. Las únicas actividades que les permiten son trabajar
sin chistar y sin reclamar, y por supuesto, consumir.
El
movimiento sindical les dio ayer una muy mala noticia. Está más fuerte que
nunca, más unido que nunca y dispuesto como siempre a ser protagonista de la
escena nacional, sin pedirle permiso a nadie además, conquistando su
protagonismo con unidad, organización y lucha.
Es el
movimiento sindical que conquista salario, que propone mejorar la producción y
el Estado, el que construye viviendas en el Plan Juntos, el que se organiza
para construir sus propias viviendas, el que tiende la mano solidaria a los
menores del INAU para darles una oportunidad, el que reivindica el compromiso y
la unidad.
EL POPULAR
informó detalladamente y casi en solitario la decisión de la central obrera de
su estrategia de 27 puntos para “Retomar la Ofensiva”. Posteriormente, y
también casi en solitario, alertamos sobre la ofensiva de las patronales
buscando desconocer la negociación colectiva, frenar la recuperación salarial,
culpar de la inflación a los salarios y de paso, maniatar al movimiento
sindical y marginar a los trabajadores del debate nacional. En ese momento la
ofensiva de las patronales era contra el SUNCA. Ahora es más complejo, el
efecto del discurso de las patronales y de su concepción económica neo clásica
impacta en sectores del gobierno y se busca frenar un acuerdo conquistado con
lucha en la bebida por el temor de que se generalicen los logros y estos
impacten en las expectativas inflacionarias de los operadores del mercado.
Lo decimos
una vez más con todas las letras, no hay dos caminos, en nuestro país se
enfrentan dos proyectos: el de la derecha de restauración neoliberal y el de
cambios, con desarrollo productivo, justicia social y mayor independencia.
El proyecto
de cambios tiene una dimensión fundamental en el gobierno del Frente Amplio, el
nacional y los departamentales, en la acción parlamentaria y política del
propio Frente Amplio, pero no se agota allí. Se sustenta en la construcción de
un bloque político y social que lo impulse, lo enriquezca, lo dinamice y sobre
todo que luche por él.
En ese
bloque político social los trabajadores organizados juegan un rol central, son
su columna vertebral. Digámoslo más claro, no hay acumulación, no hay síntesis
política, no hay profundización y ni siquiera sustentabilidad de los cambios
realizados, sin movilización, sin lucha.
La derecha
lo sabe, nosotros también lo sabemos. Por eso nos alegra la movilización de
ayer y más nos alegra la capacidad de propuesta del movimiento sindical, y la
propuesta directa al gobierno de conformar dos instancias de diálogo para
concretar los cambios.
Las
reflexiones políticas continuarán, los análisis se multiplicarán, pero hoy hay
que decir con todas las letras y con el corazón: que lindo verlos compañeros,
que lindo estar junto a ustedes, que tranquilidad provoca su compromiso, su
solidaridad, su decisión de luchar.
Terminamos
con una reflexión. La situación nacional e internacional nos coloca en un cruce
de caminos. Se recomienda doblar a la izquierda y no respetar el cartel depare,
es falso, tiene la pintura descascarada, es de la época en la que nada
cambiaba, hay que enterrarla definitivamente.
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