miércoles, 17 de agosto de 2016

"La nostalgia por la URSS crecerá en las repúblicas exsoviéticas"






















KIEV (Sputnik) — La nostalgia de los habitantes de las repúblicas exsoviéticas por la URSS solo crecerá a medida que pase el tiempo, declaró a RIA Novosti el líder del Partido Comunista de Ucrania, prohibido en esta nación, Piotr Simonenko.

"Con una diferencia en el reparto de bienes tan tremenda, de miles de veces, en Ucrania y otros países de la antigua Unión Soviética, esta tendencia solo se incrementará", aseveró el líder comunista.
Según Simonenko, "va llegando la hora del retorno a la lucidez".
"Lo que han experimentado los ciudadanos de Ucrania en carne propia, los llamados procesos de democracia, les da la base para comparar de modo objetivo lo que tenían durante el poder soviético y lo que existe ahora en Ucrania", aseveró.
Simonenko considera que la mayor parte de los países exsoviéticos, incluyendo a Ucrania, comienzan a comprender que fueron engañados cuando les prometieron una "vida paradisíaca" tras la desintegración de la URSS.
El líder comunista destacó que la población recuerda las políticas sociales del poder soviético, recuerda el nivel de vida de los ciudadanos y en la actualidad tiene la posibilidad de compararlo con la actual.
"Precisamente el período soviético creó a Ucrania y no esos advenedizos que detentan ahora el poder; fueron precisamente los comunistas quienes sentaron las bases que dieron la posibilidad de que Ucrania se convirtiera en uno de los Estados más reconocidos en el mundo: un estado nuclear, fundador de la ONU, integrante del Consejo de Seguridad de la ONU", añadió.
Pero Ucrania "perdió todo eso", sentenció el político.
Este miércoles se hizo pública una investigación realizada en el marco del proyecto Sputnik, Opiniones en 11 estados postsoviéticos.
Los encuestados, cuyas edades comprenden entre los 10 y los 64 años, proceden de ocho países, afirmaron que la calidad de vida en la URSS era superior a la actual.
La mayor polarización al respecto se observa en Armenia, donde un 64% se declaró nostálgica, mientras que un 30% no concuerda con este punto de vista.
Los habitantes de Uzbekistán son los que menos extrañan la URSS.

Nueve ex repúblicas soviéticas consideran que la vida era mejor durante la URSS






















MOSCÚ (Sputnik) — La vida en la URSS era más agradable que después de su desintegración, opinan los ciudadanos de nueve de once repúblicas de la extinta Unión Soviética, según datos de una encuesta, celebrada en el marco del proyecto Sputnik.Opiniones.

La mayoría de los encuestados de Armenia y Azerbaiyán, un 71% y 69%, respectivamente, opinan que durante el periodo de la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas la vida era mejor.








La vida en la ‪#‎URSS‬ era mejor que después de su desintegración opinan los ciudadanos de nueve de once repúblicas de la extinta Unión Soviética, según datos de una encuesta, celebrada en el marco del proyecto Sputnik Opiniones.
http://sptnkne.ws/bWeH
‪#‎SputnikPolls‬
Entre los rusos, un 64% considera mejor el pasado soviético, mientras que un 53% de los encuestados en Bielorrusia y un 51% en Georgia comparten esta opinión.
Sin embargo, los encuestados de Tayikistán y Uzbekistán no están de acuerdo con esta idea, aunque un 39% y un 4% evalúa positivamente la vida soviética.
Las personas menores de 25 años de los once países creen que la vida de ahora es mejor.
La encuesta fue llevada a cabo por el Centro Ruso de Estudios de la Opinión Pública (WCIOM) en Rusia, M-Vector en Kirguistán y Tayikistán, Ipsos, Expert Fikri y Qafgaz en otras repúblicas de la ex Unión Soviética desde el 4 de julio hasta el 15 de agosto con participación de 12.645 personas.

domingo, 14 de agosto de 2016

14 de agosto: "Día de los mártires estudiantiles"

El 14 de agosto de 1968 moría Liber Arce, el primer mártir estudiantil, estudiante de la Facultad de Odontología e integrante de la UJC y militante de la FEUU.


LIBER ARCE
El 12 de agosto un grupo de estudiantes de Odontología, Enfermería y Veterinaria se manifestaba desde la Facultad de Veterinaria.

Fueron interceptados por un jeep policial con un oficial y tres agentes.
Liber Arce fue herido por una bala. Su traslado a un centro asistencial fue demorado por la actitud de la policía que, encañonando con sus revólveres a los estudiantes, les exigía documentos de identidad.

Finalmente lograron llegar al Hospital de Clínicas, donde a Líber Arce se le diagnosticó corte de la arteria femoral izquierda en la confluencia de la femoral superficial y profunda, en la región inguinal. La perdida de sangre le produjo anemia y sucesivos paros cardíacos. A pesar de todo los médicos lograron parar la hemorragia y se practicó un injerto para reparar la arteria seccionada por el disparo. Sin embargo todos los esfuerzos resultaron en vano, Liber Arce de 28 años de edad dejó de existir el 14 de agosto.

El entierro de Líber Arce desde el edificio central de la Universidad -donde había sido velado- partió una multitud calculada entre 200 a 300 mil personas que acompañó el cortejo.


El movimiento estudiantil uruguayo conmemora cada 14 de agosto “El día de los mártires estudiantiles”.

Líber Arce – el primer estudiante asesinado. Fue herido el 12 de agosto y muere el 14 de agosto. Estudiante de auxiliar de Odontología, militante de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay.











Hugo de los Santos – estudiante de Ciencias Económicas y militante de la Juventud Comunista, asesinado en setiembre de 1968.










Susana Pintos – estudiante de la IEC y también militante de la Juventud Comunista, muere en septiembre de 1968.







Heber Nieto – estudiante de la IEME, fue asesinado por un francotirador el 24 de julio de 1971, cuando la policía y el escuadrón de la muerte atacaron a estudiantes en el Instituto de Enseñanza de la Construcción.






Santiago Rodríguez Muela – estudiante del Liceo Nº 8, asesinado el 11 de agosto de 1972, integrante del PCR (Partido Comunista Revolucionario).












Íbero Gutiérrez – poeta y estudiante de Humanidades, que militaba en la FEUU y en el Movimiento 26 de Marzo, a quien asesinaron en 1972 los escuadrones de la muerte.








Julio Spósito – estudiante del Liceo Suárez, asesinado el 1º de septiembre de 1971, a los 19 años, durante la represión policial contra una manifestación en las inmediaciones de las Facultades de Medicina y Química.










Joaquín Kluver – estudiante de Agronomía, a quien mataron en 1972, integrante del PCR.










Jorge Salerno – estudiante de Agronomía e integrante del M.L.N., asesinado en 1972 durante la toma de Pando.








Walter Medina – estudiante de Secundaria y miembro de la Juventud Socialista, asesinado en 1973 mientras pintaba un muro en el marco de la huelga general.








 Ramón Peré – estudiante de la Facultad de Veterinaria, militante de la FEUU y de la Juventud Comunista, muerto en las inmediaciones de Facultad de Veterinaria durante la huelga general en 1973.





 Nibia Sabalsagaray – estudiante del IPA, del CEIPA y de la UJC, quien se había recibido hacía poco de profesora de literatura, asesinada el 24 de junio de 1974 en el Batallón Nº 5.


  
Manuel Ramos Filippini – estudiante del IAVA, militante del M.L.N., secuestrado y asesinado a fines de julio de 1971.

Mario Eguren Loyarte, tenía 19 años y era estudiante de secundaria, fue muerto por la policia.

Juan Carlos Larrosa Cruz, estudiante, asesinado el 27 de octubre de 1970.

Abel Adán Ayala Alvez, estudiante de la Facultad de Medicina, salió de su trabajo el 16 de julio, no volvió a saberse de él.





Héctor Castagnetto Da Rosa, de 19 años, estudiante de la Facultad de Agronomía, salio a trabajar el 17 de agosto de 1971, nunca más se supo de él. 






Armando Hugo Blanco Katras, estudiante, asesinado el 14 de abril de 1972 en el operativo de la calle Perez Gomar dirigido por el inspector V. Castiglioni.

Blanca Castagnetto Da Rosa, estudiante de Notariado, asesinada en Colonia el 24 de abril de 1972.

Leonel Martínez Platero, estudiante de la Facultad de Arquitectura, asesinado el 13 de junio de 1972.

Gustavo Luis Couchet Inzaurralde, estudiante del IAVA, asesinado en Montevideo el 26 de junio de 1972.

Juan Fachinelli, estudiante de la Facultad de Arquitectura, torturado hasta la muerte el 28 de junio de 1972.

Aurelio Sergio Fernández Pena, estudiante de la Facultad de Medicina, asesinado el 8 de julio de 1972.

Eduardo Agustín Ariosa Amilivia, estudiante, asesinado en Montevideo el 28 de julio de 1972.



 Roberto Julio Gomensoro Josman, 24 años, estudiante y docente en la Facultad de Agronomía, militaba en el 26 de marzo, en la AEA y en la FEUU, detenido el 12 de marzo de 1973, asesinado en la tortura, su cuerpo fue encontrado flotando en el lago de Rincón del Bonete el 18 de marzo de 1973.





Hugo Leonardo De los Santos Mendoza, de 21 años, estudiante de la Facultad de Agronomía, muere a causa de la tortura en prisión el 3 de setiembre de 1973.

Marcos Caridad Jordán, estudiante de la Facultad de Ingeniería.




Silvia Ivonne Reyes Sedarri, 19 años, estudiante, asesinada el 21 de abril de 1974.







Diana Niva Maidanick Potasnik, 21 años, estudiante de la Facultad de Humanidades y Ciencias, asesinada el 21 de abril de 1974










Laura Marta Raggio Odizzio, 19 años, estudiante de la Facultad de Psicología, asesinada el 21 de abril de 1974.




Luis Eduardo González, 22 años, estudiante de la Facultad de Medicina militante del PCR, asesinado en la tortura el 26 de diciembre de 1974 en el Regimiento de Caballería Nº 6.







Raúl Yankel Feldman, 26 años, estudiante en la Facultad de Humanidades y Ciencias asesinado el 24 de diciembre de 1974 en Buenos Aires.

María Clarisa Bonilla Unpiérrez, estudiante de secundaria, no logra recuperarse de la tortura recibida, muere el 28 de abril de 1976.

Héctor Daniel Brun Cornelius, 28 años, estudiante en la Facultad de Arquitectura, secuestrado en Bs. As. el 8 de noviembre de 1974, asesinado en Soca el 20 de diciembre de 1974.

María de los Ángeles Corbo, 26 años, estudiante en la Facultad de Medicina, secuestrada en Bs. As. el 8 de noviembre de 1974 junto a su esposo Héctor Daniel Brun Cornelius , asesinada en Soca el 20 de diciembre de 1974, estaba embarazada de 6 meses.



Silvina Saldaña Lapeira, 32 años, estudiante de Servicio Social en la Facultad de Ciencias Sociales y del IPA, militaba en la UJC, el CEIPA y la FEUU, detenida el 20 de octubre de 1975 y llevada al "300 Carlos", ultima vez que se la vió con vida fue el 31 de marzo de 1976, muerta en la tortura.





Rafael Lezama González, 23 años, estudiante en la Facultad de Derecho, se exilió en Bs. As., militante del PVP, el 1º de octubre de 1976 salió de su casa, nunca más se supo de él.

Gladys Elena Yáñez Rijo, 33 años, estudiante en la Escuela Universitaria de Servicio Social, muere en prisión por falta de atención médica en setiembre de 1980.



El editorial de Carlos Quijano en el semanario “Marcha” el día del entierro de Liber escribe… “Herir a la Universidad, alzarse contra ella, pretender avasallarla, es, lo sabemos, lo sentimos, lo comprobamos, herirnos a todos y a cada uno de nosotros en algo que nos es entrañable y esencial, que misteriosamente se confunde con nuestra razón (…) Troquelados, moldeados por la Universidad estamos atados a ella de por vida. Y cuando vemos a los jóvenes que toman el azaroso camino de la lucha desigual contra las fuerzas reaccionarias de siempre para defender a la Universidad, a “su” Universidad, a “nuestra” Universidad, los viejos tenemos que sentir tranquilidad y orgullo. Los relevos cumplen con su deber que no ha dejado de ser también el nuestro”

sábado, 6 de agosto de 2016

El apoyo a Stalin en Rusia en máximos desde la caída de la URSS

¿Por qué muchos rusos tienen una imagen positiva del mandatario comunista? Fuente:EPA

























1 de junio de 2016 OLEG YEGÓROVRBTH
Las encuestas de opinión pública muestran que en 2016 el apoyo a Stalin en Rusia es más alto que nunca: más de la mitad de los rusos opina que el líder desempeñó un papel positivo en la historia del país. Los comunistas planean utilizar la imagen del líder soviético en las elecciones parlamentarias, algo que podría tener un efecto positivo en sus resultados.

Cuando Iósif Stalin murió en 1953 era una especie de semidios para el pueblo soviético. A causa de la propaganda, gran parte de la población adoraba a Stalin: le erigieron monumentos en vida, cantaban canciones sobre él y varias ciudades llevaban su nombre.
Tras su muerte el culto a la personalidad decayó rápidamente. El nuevo líder, Nikita Jruschov, condenó la represión estalinista, provocó la muerte de millones de personas inocentes. En los años 50 comenzó el proceso de desestalinización: se retiraron monumentos al líder y los políticos preferían no mencionar su nombre.
Durante la perestroika y tras la caída de la URSS, el silencio fue reemplazado por la crítica. “La culpa de Stalin ante el Partido y ante el pueblo por haber permitido la represión masiva y la ausencia de leyes es enorme e imperdonable”, declaraba Mijaíl Gorbachov en un informe de 1987. Los líderes postsoviéticos también han condenado en numerosas ocasiones los crímenes del periodo estalinista.

Una desestalinización sin éxito



Y a pesar de todo, en el siglo XXI en Rusia siguen construyéndose monumentos a Stalin. Generalmente se trata de pequeños bustos erigidos por los comunistas. Desde 2012, en algunas ciudades de Rusia, hay activistas que instalan retratos de Stalin en los autobuses, a los que llaman “stalinobuses”, durante la celebración del Día de la Victoria en la Segunda Guerra Mundial.
En Penza (a 640 kilómetros al sureste de Moscú) los comunistas han abierto un Centro-Stalin, análogo al Centro-Yeltsin de Ekaterimburgo, y han proclamado el 2016 como el Año de Stalin.
Las iniciativas de los comunistas suelen ser bien recibidas por la población. Según muestra una encuesta del centro Levada celebrada en marzo de 2016, un 54 % de los rusos opina que Stalin desempeñó un papel positivo en la historia del país. Se trata del índice más alto que se consigue desde que se celebra este tipo de encuestas (desde 2003).
El número de rusos que valoran positivamente el trabajo de Stalin fue reduciéndose hasta el año 2008 (39 %), pero después volvió a subir. La proporción de rusos que opinan que las represiones estalinistas fueron una “necesidad política” también ha resultado más alta que nunca: esta es la opinión de un 26 % de los encuestados.
Alexéi Makarkin, vicepresidente del Centro de Tecnologías Políticas, opina que la desestalinización no funcionó porque esta época se asocia con numerosos fracasos e infortunios.
“Durante la perestroika se criticó activamente a Stalin y se destaparon sus crímenes, esto provocó una gran conmoción. Ahora la perestroika se percibe como una época de errores y fracasos, por lo que la gente aplica la lógica a la inversa: como en la perestroika se criticaba a Stalin, debemos suponer que era bueno”, aclara el experto a RBTH.

La imagen del vencedor

Según Makarkin, la razón principal de la popularidad de Stalin fue la victoria en la Segunda Guerra Mundial: “Stalin era el Comandante Supremo. En la sociedad rusa el culto a la Victoria es muy fuerte, y en el imaginario colectivo no se puede ignorar el papel que jugó el hombre que dirigía el ejército”.
Otros éxitos de la época del mandato de Stalin también se añaden a la lista, según opina Makarkin: “En la conciencia de los estalinistas fue él quien realizó la industrialización del país, construyó fábricas y se anexionó nuevos territorios. Ahora en Rusia impera el enfoque pragmático de la historia, no el moral. Si has aumentado el territorio del país, eres un líder de éxito”.

Stalin para el vecino

Valeri Solovéi, analista político y profesor del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú, asegura que “cuando la gente afirma sentir simpatía por Stalin en realidad no se refiere a que le gustaría haber vivido en su época. Todo el mundo quiere a Stalin para su vecino, no para él mismo”. La estadística confirma las palabras de Solovéi: la encuesta de Levada muestra que, a pesar del gran número de simpatizantes con Stalin, solo a un 23 % de los rusos le habría gustado vivir y trabajar con su gobierno.
El estalinismo ruso moderno, según los expertos, es una voluntad más bien de protesta. “La imagen de Stalin es la de un líder modesto que viste un sencillo abrigo. En una situación en la que las élites aparecen corrompidas, muchos perciben a Stalin como un modelo de honradez”, comenta Alexéi Makarkin. Solovéi está de acuerdo: “La expresión del cariño hacia Stalin es una protesta simbólica, un deseo de recuperar una mano dura que ponga orden”.

Una bandera para los comunistas

En septiembre se celebran las elecciones parlamentarias. Los representantes del Partido Comunista (el segundo partido con mayor representación en el parlamento actualmente) ya han declarado que planean utilizar en su campaña la imagen de Stalin para “atraer un mayor número de votos”.
Los expertos valoran este paso de los comunistas como una estrategia que puede surgir efecto: los más nostálgicos con la URSS se alegrarán de recuperar a Stalin. “El electorado del Partido Comunista tiene una buena opinión sobre Stalin — asegura Alexéi Makarkin — . Esto podría ejercer cierto efecto sobre ellos, movilizarlos”.
Para la parte de corte más liberal de la sociedad Stalin es una figura oscura, el arquitecto de las represiones que provocaron la muerte (según la organización de defensa de los derechos humanos Memorial) de entre 11 y 39 millones de personas. Las declaraciones de los comunistas han provocado una seria indignación, aunque, en opinión de Valeri Solovéi, el escándalo no hará más que beneficiar a los comunistas. “Stalin les aportará votos, simpatía y visibilidad — comenta Solovéi a RBTH —. Y los que se consideran contrarios a Stalin ya no votan al Partido Comunista, de modo que el partido no pierde votos”.
Un obstáculo para los comunistas podría ser el proyecto de ley de los diputados del nacionalista LDPR, que propone prohibir el uso de la imagen de personas fallecidas durante la campaña electoral. Según estos diputados, el proyecto de ley no está relacionado con la iniciativa del Partido Comunista, pero de aprobarse, los comunistas deberán arreglárselas en la campaña de 2016 sin su líder muerto.