viernes, 17 de agosto de 2012

¿Por qué el comunismo sigue siendo imprescindible?

 Héctor Bermejo. 
La Mancha Obrera 
Los movimientos izquierdistas y posmodernos siempre se han caracterizado por una serie de razonamientos alejados de la metodología revolucionaria arguyendo una serie de opiniones basadas en un análisis falsario y oportunista, negando la historia y otorgando un papel testimonial a los movimientos obreros y las luchas revolucionarias a lo largo de la historia, haciendo borrón y cuenta nueva renegando de todas las conquistas obtenidas por la clase obrera en tiempos pretéritos, como si de ahí no se pudiera sacar nada bueno.
En esta ocasión, quisiera destacar el papel de uno de los argumentos más comunes utilizados contra el socialismo científico. Según los posmodernos actuales, el comunismo es algo antiguo, algo que no sirve para la sociedad actual ya que ésta ha cambiado mucho desde que Marx y Engels desarrollaron su teoría, allá por el siglo XIX.
Sería conveniente hacer un breve análisis sobre la situación en la que se encontraba la clase obrera en la época de estos dos maestros revolucionarios:
Durante el siglo XIX, las obreras y los obreros de los novedosos complejos industriales vivían en condiciones infrahumanas, trabajando hasta dieciséis horas al día, cobrando salarios miserables, sin ningún tipo de protección social o ventaja, expuestos a enfermedades laborales, y una serie de largos etcéteras. El modelo de Estado era capitalista, es decir, se basaba en la explotación de los obreros por parte de los capitalistas, se ejercía una coerción por parte del Estado sobre la clase trabajadora para mantener el orden social impuesto por la minoría burguesa, orden social que dependía de la posesión de los medios productivos, ya que la garantía de que un grupo esté oprimido por otro, depende en gran medida de quien controle tales medios, pues los beneficios que tales medios puedan reportar pasarán a manos de quien los posea.
Ahora bien, el modelo de producción capitalista tenía una serie de taras que dificultaban el desarrollo de la sociedad de manera equitativa, ya que al estar los medios de producción en unas pocas manos, la mayoría de los trabajadores sufrían la pobreza más absoluta, y curiosamente, cuanto mayor era la concentración del capital en menos manos, mayor era el índice de pobreza entre los miembros de la clase obrera.
Karl Marx y Federico Engels estudiaron a fondo los problemas que generaba el capitalismo, y desarrollaron un análisis minucioso sobre la dinámica de capitalismo a lo largo del tiempo, llegando a formular la Ley de la Caída Tendencial de la Tasa de Ganancia, que dejaba al descubierto el problema que tenía el sistema capitalista para mantener los beneficios. El tiempo demostró que los capitalistas sólo encontraron unas pocas opciones para mantener la tasa de ganancia a salvo: la primera era aumentar la tasa de explotación sobre las trabajadoras y los trabajadores, es decir, aumentar el número de horas que trabajaban y reducir sus salarios -entre otras cosas-. La segunda era la vía de la guerra, un método más que conocido para reactivar la economía de los Estados en crisis, crisis la capitalista, que es parte de su ser, pues su dinámica de desarrollo se rige por los ciclos de expansión y contracción del capital.
Así pues, Marx y Engels idearon un sistema que mejoraba las posibilidades para la clase obrera. Ese sistema era el socialismo-comunismo.
El sistema socialista, a diferencia del capitalista, se basaba en que los medios de producción deberían ser una propiedad social, es decir, deberían pertenecer al conjunto de la clase obrera ya que de esa manera, la mayoría de la población vería posibilitado su desarrollo humano y social, además por supuesto de ser la beneficiaria de los beneficios que los medios de producción reportasen.
Como el Estado es una herramienta de coerción de una clase sobre otra, en el socialismo los obreros serían la clase opresora, que en última instancia acabaría con las clases sociales, llegando a su fase final, el comunismo, de manera que el Estado se extinguiese debido al nuevo orden social y la capacidad humana para el desarrollo de este.
Posteriormente, la Revolución de Octubre y el desarrollo del bloque socialista demostraron que se puede y se debe vencer al capitalismo, desarrollando un sistema socialista que garantice el bienestar y el desarrollo humano de las clases trabajadoras.
Ahora podríamos hacer una breve exposición sobre la situación actual:
Los obreros sufren el abuso de los burgueses allá donde haya trabajo, sus derechos más elementales están siendo derribados uno por uno, los servicios sociales básicos se están yendo a pique, el Estado capitalista restringe su libertad bajo la coerción y la violencia del sistema, los explotadores siguen siendo una minoría que controla los medios de producción, y curiosamente… se da el elemento que demuestra que Marx, Engels, y los tantos que vinieron después anunciaron: la caída tendencial de la tasa de ganancia por parte de los capitalistas ha mostrado al capitalismo tal y como es, un sistema enfermo desde que nació, que precisa de explotar, y seguir explotando a los trabajadores de menos a más para mantener los beneficios de unos pocos. Y por supuesto, la guerra… todos los días recibimos noticias sobre los ataques de las fuerzas capitalistas-imperialistas para obtener nuevos territorios que explotar debido a los requisitos del mercado en decadencia de sus economías.
Con el estudio del marxismo descubrimos que cualquier posicionamiento en contra de éste por el mero hecho de ser una “ciencia del pasado” es puramente erróneo. Es por ello que los marxistas debemos comprender el desarrollo del capitalismo y la crítica marxista a este sistema, ya que no hay mejor arma para derrotarlo que el socialismo-comunismo, es por ello que debemos mostrar cual es la vía para la salida del capitalismo, pues no hay análisis más exacto y certero que el marxista, por muy antiguo que pueda ser.
 

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