Salvador Dalí, L’oeil, 1945 (Gentileza Christie’s) |
¡Todos fichados!
Por Ignacio Ramonet*
Las
revelaciones de Edward Snowden acerca de los programas secretos de
ciberespionaje de Estados Unidos develan el aparato securitario de la
potencia norteamericana, que no duda en cometer flagrantes violaciones a
la privacidad de los ciudadanos del mundo.
os lo temíamos (1).
Y tanto la literatura (1984, de George Orwell) como el cine de
anticipación (Minority Report, de Steven Spielberg) nos lo habían
avisado: con los progresos de las técnicas de comunicación todos
acabaríamos siendo vigilados. Claro, intuíamos que esa violación de
nuestra privacidad la ejercería un Estado neototalitario. Ahí nos
equivocamos. Porque las inauditas revelaciones efectuadas por el
valeroso Edward Snowden sobre la vigilancia orwelliana de nuestras
comunicaciones acusan directamente a Estados Unidos, país antaño
considerado como “la patria de la libertad”. Al parecer, desde la
promulgación en 2001 de la ley “Patriot Act” (2),
eso se terminó. El propio presidente Barack Obama lo acaba de admitir:
“No se puede tener un 100% de seguridad y un 100% de privacidad”.
Bienvenidos a la era del “Gran Hermano”...
Espiar a los espías
La Agencia de Seguridad Nacional (NSA), cuyocuartel general se halla en Fort Meade (Maryland), es la más importante y la más desconocida agencia de inteligencia estadounidense. Es tan secreta que la mayoría de sus ciudadanos ignora su existencia. Controla la mayor parte del presupuesto destinado a los servicios de inteligencia, y produce más de cincuenta toneladas de material clasificado al día... Ella –y no la CIA– es quien posee y opera el grueso de los sistemas estadounidenses de recolección secreta de material de inteligencia: desde una red mundial de satélites hasta las decenas de puestos de escucha, miles de computadoras y los masivos bosques de antenas situados en las colinas de Virginia Occidental. Una de sus especialidades es espiar a los espías, o sea a los servicios de inteligencia de todas las potencias, amigas o enemigas. Durante la Guerra de Malvinas (1982), por ejemplo, la NSA descifró el código secreto de los servicios de inteligencia argentinos, haciendo así posible la transmisión de información crucial a los británicos sobre las fuerzas argentinas...
Violación de la privacidad
Washington y Londres han puesto en marcha un orwelliano plan “Gran Hermano” con capacidad de saber todo lo que hacemos y decimos en nuestras comunicaciones. Y cuando el presidente Obama apela a la “legitimidad” de tales prácticas de violación de la privacidad, está defendiendo lo injustificable. Además, hay que recordar que por haber realizado labores de información sobre peligrosos grupos terroristas con base en Florida –o sea una misión que el presidente Obama considera hoy como “perfectamente legítima”– cinco cubanos fueron detenidos en 1998 y condenados por la justicia estadounidense a largas e inmerecidas penas de prisión (8). Un escándalo judicial que es hora de reparar liberando a esos cinco héroes (9).
* Director de Le Monde diplomatique, edición española.
Le Monde diplomatique
¿Qué revelaciones ha hecho Snowden? Este ex asistente técnico de la CIA, de 29 años, y que últimamente trabajaba para una empresa privada –la Booz Allen Hamilton (3)– subcontratada por la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA), reveló mediante filtraciones a los diarios The Guardian y The Washington Post,
la existencia de programas secretos que permitían la vigilancia de las
comunicaciones de millones de ciudadanos por parte del gobierno de
Estados Unidos.
Un primer programa entró en vigor en
2006. Consiste en espiar todas las llamadas telefónicas que se efectúan,
a través de la compañía Verizon, dentro de Estados Unidos, y las que se
hacen desde allí hacia el extranjero. Otro programa, llamado PRISM, fue
puesto en marcha en 2008. Supone la recolección de todos los datos
enviados por Internet –correos electrónicos, fotos, videos, chats, redes
sociales, tarjetas de crédito...– únicamente (en principio) por
extranjeros que residen fuera del territorio estadounidense. Ambos
programas han sido aprobados en secreto por el Congreso de Estados
Unidos, al que se habría mantenido, según Barack Obama,
“consistentemente informado” sobre su desarrollo.
Sobre la dimensión de la increíble
violación de nuestros derechos civiles y de nuestras comunicaciones, la
prensa ha aportado detalles espeluznantes. El 5 de junio, por ejemplo, The Guardian
publicó la orden emitida por el Tribunal de Supervisión de Inteligencia
Extranjera, que exigía a la compañía telefónica Verizon la entrega a la
NSA del registro de decenas de millones de llamadas de sus clientes. El
mandato no autoriza, al parecer, a conocer el contenido de las
comunicaciones ni los titulares de los números de teléfono, pero sí
permite el control de la duración y el destino de esas llamadas. El día
siguiente The Guardian y The Washington Post revelaron
la realidad del programa secreto de vigilancia PRISM, que autoriza a la
NSA y al FBI a acceder a los servidores de las nueve principales
empresas de Internet (con la notable excepción de Twitter): Microsoft, Yahoo, Google, Facebook (4), PalTalk, AOL, Skype, YouTube y Apple.
Mediante esta violación de las comunicaciones, el gobierno
estadounidense puede acceder a archivos, audios, videos, correos
electrónicos o fotografías de sus usuarios.
PRISM se ha convertido de ese modo en la herramienta más útil de la NSA a
la hora de elaborar los informes que diariamente entrega al presidente
Obama. El 7 de junio, los mismos diarios
publicaron una directiva de la Casa Blanca en la que el Presidente
ordena a sus agencias de inteligencia (NSA, CIA, FBI) establecer una
lista de posibles países susceptibles de ser “ciberatacados” por
Washington. Y el 8 de junio, The Guardian filtró la existencia
de otro programa que permite a la NSA clasificar los datos que recopila
en función del origen de la información. Esta práctica, orientada al
ciberespionaje en el exterior, permitió recopilar –sólo en marzo pasado–
unos 3.000 millones de datos de computadoras en Estados Unidos...
Durante estas últimas semanas, ambos
periódicos han ido revelando, gracias a filtraciones hechas por Edward
Snowden, nuevos programas de ciberespionaje y vigilancia de las
comunicaciones en países del resto del mundo. “La NSA –explicó Edward
Snowden– ha construido una infraestructura que le permite interceptar
prácticamente cualquier tipo de comunicación. Con estas técnicas, la
mayoría de las comunicaciones humanas se almacenan para servir en algún
momento para un objetivo determinado.”
Espiar a los espías
La Agencia de Seguridad Nacional (NSA), cuyocuartel general se halla en Fort Meade (Maryland), es la más importante y la más desconocida agencia de inteligencia estadounidense. Es tan secreta que la mayoría de sus ciudadanos ignora su existencia. Controla la mayor parte del presupuesto destinado a los servicios de inteligencia, y produce más de cincuenta toneladas de material clasificado al día... Ella –y no la CIA– es quien posee y opera el grueso de los sistemas estadounidenses de recolección secreta de material de inteligencia: desde una red mundial de satélites hasta las decenas de puestos de escucha, miles de computadoras y los masivos bosques de antenas situados en las colinas de Virginia Occidental. Una de sus especialidades es espiar a los espías, o sea a los servicios de inteligencia de todas las potencias, amigas o enemigas. Durante la Guerra de Malvinas (1982), por ejemplo, la NSA descifró el código secreto de los servicios de inteligencia argentinos, haciendo así posible la transmisión de información crucial a los británicos sobre las fuerzas argentinas...
Todo el sistema de intercepción de la NSA
puede captar discretamente cualquier mail, cualquier consulta de
Internet o conversación telefónica internacional. El conjunto total de
comunicaciones interceptadas y descifradas por la NSA constituye la
principal fuente de información clandestina del gobierno estadounidense.
La NSA colabora estrechamente con el
misterioso sistema Echelon. Creado en secreto, después de la Segunda
Guerra Mundial, por cinco potencias (los “cinco ojos”) anglosajonas:
Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Echelon
es un sistema orwelliano de vigilancia global que se extiende por todo
el mundo y está orientado hacia los satélites que se utilizan para
transmitir la mayor parte de las llamadas telefónicas, comunicaciones
por Internet, correo electrónico y redes sociales. Echelon puede captar
hasta dos millones de conversaciones por minuto. Su misión clandestina
es el espionaje de gobiernos, partidos políticos, organizaciones y
empresas. Seis bases a través del mundo recopilan las informaciones e
interceptan de forma indiscriminada enormes cantidades de comunicaciones
que las supercomputadoras de la NSA posteriormente criban mediante la
introducción de palabras clave en varios idiomas.
En el marco de Echelon, los servicios de
inteligencia estadounidense y británico han establecido una larga
colaboración secreta. Y ahora se sabe, gracias a nuevas revelaciones de
Edward Snowden, que el espionaje británico
también pincha clandestinamente cables de fibra óptica, lo que le
permitió espiar las comunicaciones de las delegaciones que acudieron a
la Cumbre del G20 de Londres en abril de 2009. Sin distinguir entre
amigos y enemigos (5).
Mediante el programa Tempora, los servicios británicos no dudan en almacenar colosales cantidades de información obtenida ilegalmente. Por ejemplo, en
2012, manejaron unos 600 millones de “eventos telefónicos” al día y
pincharon, en perfecta ilegalidad, más de 200 cables... Cada cable
transporta 10 gigabytes (6) por segundo. En teoría, podrían procesar 21 petabytes (7) al día; lo que equivale a enviar toda la información que contiene la Biblioteca Británica 192 veces al día...
Los servicios de inteligencia constatan que ya hay más de
2.000 millones de usuarios de Internet en el mundo y que más de mil
millones utilizan Facebook de forma habitual. Por eso se han fijado por
objetivo, transgrediendo leyes y principios éticos, controlar todo lo
que circula por Internet. Y lo están consiguiendo: “Estamos empezando a dominar Internet”, confesó un espía inglés, “y nuestra capacidad actual es bastante impresionante”. Para mejorar aun más ese conocimiento de Internet, la Government Communications Headquarters (GCHQ, Agencia de inteligencia británica) lanzó recientemente dos nuevos programas: Mastering The Internet (MTI) sobre cómo dominar Internet, e Interception Modernisation Programme
para una explotación orwelliana de las telecomunicaciones
globales.Según Edward Snowden, Londres y Washington acumulan una
cantidad astronómica de datos interceptados clandestinamente a través de
las redes mundiales de fibra óptica. Ambos países destinan 550
especialistas a analizar esa gigantesca información.
Con la ayuda de la NSA, la GCHQ se
aprovecha de que gran parte de los cables de fibra óptica que conducen
las telecomunicaciones planetarias pasan por el Reino Unido, y los ha
interceptado con sofisticados programas informáticos. En síntesis, miles
de millones de llamadas telefónicas, mensajes electrónicos, datos sobre
visitas a Internet son acumulados sin que los ciudadanos lo sepan bajo
pretexto de reforzar la seguridad y combatir el terrorismo y el crimen
organizado.
Violación de la privacidad
Washington y Londres han puesto en marcha un orwelliano plan “Gran Hermano” con capacidad de saber todo lo que hacemos y decimos en nuestras comunicaciones. Y cuando el presidente Obama apela a la “legitimidad” de tales prácticas de violación de la privacidad, está defendiendo lo injustificable. Además, hay que recordar que por haber realizado labores de información sobre peligrosos grupos terroristas con base en Florida –o sea una misión que el presidente Obama considera hoy como “perfectamente legítima”– cinco cubanos fueron detenidos en 1998 y condenados por la justicia estadounidense a largas e inmerecidas penas de prisión (8). Un escándalo judicial que es hora de reparar liberando a esos cinco héroes (9).
El presidente Barack Obama está abusando
de su poder y restando libertad a todos los ciudadanos del mundo. “Yo no
quiero vivir en una sociedad que permite este tipo de actuaciones”,
protestó Edward Snowden cuando decidió hacer sus impactantes
revelaciones. Las hizo, y no es casualidad, justo cuando empezaba el
juicio contra el soldado Bradley Manning acusado de filtrar secretos a
WikiLeaks, la organización internacional que publica informaciones
secretas de fuentes anónimas. Y cuando el cibermilitante Julian Assange
lleva un año refugiado en la embajada de Ecuador en Londres... Snowden,
Manning, Assange, son paladines de la libertad de expresión, luchadores
en beneficio de la salud de la democracia y de los intereses de todos
los ciudadanos del planeta. Hoy acosados y perseguidos por el “Gran
Hermano” estadounidense (10).
¿Por qué estos tres héroes de nuestro tiempo aceptaron
semejante riesgo que les puede hasta costar la vida? Edward Snowden,
obligado a pedir asilo político en Ecuador, contesta: “Cuando te das
cuenta de que el mundo que ayudaste a crear va a ser peor para la
próxima generación y para las siguientes, y que se extienden las
capacidades de esta arquitectura de opresión, comprendes que es
necesario aceptar cualquier riesgo. Sin que te importen las
consecuencias.”
1. Véase Ignacio Ramonet, “Vigilancia total”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, Buenos Aires, agosto de 2003, y “Control social total”, Le Monde diplomatique, Madrid, mayo de 2009.
2. Propuesta por el
presidente George W. Bush y adoptada en el contexto emocional que
sucedió a los atentados del 11 de septiembre de 2001, la ley “Patriot
Act” autoriza controles que interfieren en la vida privada, suprimen la
privacidad de la correspondencia y la libertad de información. Ya no se
exige una autorización para las escuchas telefónicas. Y los
investigadores pueden acceder a las informaciones personales de los
ciudadanos sin orden de registro.
3. En 2012, esta
empresa le facturó a la Administración estadounidense 1.300 millones de
dólares por “asistencia en misiones de inteligencia”.
4. Se supo
recientemente que Max Kelly, el responsable principal de seguridad de
Facebook, responsable de proteger la información personal de los
usuarios de esta red social contra ataques externos, dejó esta empresa
en 2010 y fue reclutado... por la NSA.
5. Espiar a
diplomáticos extranjeros es legal en el Reino Unido: lo ampara una ley
aprobada por los conservadores británicos en 1994 que pone el interés
económico nacional por encima de la cortesía diplomática.
6. El byte es la unidad
de información en informática. Un gigabyte es una unidad de
almacenamiento de información cuyo símbolo es GB, y equivale a 1010 bytes, o sea diez mil millones de bytes, equivalente, en texto escrito, a una furgoneta llena de páginas con texto.
8. La misión de los
cinco –Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón
Labañino y René González– consistía en infiltrar y observar las
actuaciones de grupos de exiliados cubanos para prevenir actos de
terrorismo contra Cuba. A propósito del juicio que condenó a varios de
ellos a penas de cadena perpetua, Amnesty International declaró en un
comunicado que “durante el juicio no se presentó ninguna prueba que
demostrase que los acusados realmente hubieran manejado o transmitido
información clasificada”.
9. Véase Fernando Morais, Los últimos soldados de la Guerra Fría, Editorial Arte y Literatura, La Habana, 2013.
10. Edward Snowden
corre el riesgo de ser condenado a 30 años de prisión después de haber
sido acusado oficialmente por la Administración de Estados Unidos de
“espionaje”, “robo” y “utilización ilegal de bienes gubernamentales”.
Le Monde diplomatique
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