miércoles, 16 de mayo de 2012

Serguéi Udaltsov: ¿ha encontrado la izquierda rusa a su nuevo dirigente?

Ilya Azar · · · · · 


Serguéi Udaltsov, el dirigente del Frente de Izquierdas en Rusia, apenas se había oído hablar antes de las últimas elecciones, pero sus emotivos discursos, su huelga de hambre y sucesivos encarcelamientos, por no mencionar el incidente ante la fuente helada en Moscú, le han convertido en un héroe para muchos ciudadanos rusos. Ilya Azar se reunió con Udaltsov en una cafetería de Moscú para hablar del surgimiento de un político sin miedo e inusual que ha saltado al primer plano de la política. 













En la fotografía aparecen uno junto al otro: a la izquierda, una joven en un vestido de novia blanco, a su derecha, un joven de aspecto circunspecto en pantalones vaqueros negros y una camiseta blanca con una imagen de Stalin y el eslogan "La victoria será nuestra". En la mano que le queda libre, el joven sostiene una pancarta con el mensaje "Putin es una marioneta del capitalismo". Detrás de la pareja puede verse otra imagen de Stalin. El líder soviético, en una imagen gigantesca, parece mirar a los recién casados y sonreír aprobando su unión.
Anastasia Udaltsova, secretaria de prensa del "Frente de izquierdas", posteó recientemente esta fotografía de su boda en su cuenta de Twitter. Ella y su esposo Serguéi Udaltsov se casaron en el 2001, dos años después de que Vladímir Putin llegase al poder en Rusia. Tras abandonar el registro (en el álbum de fotos de la boda, Nastya se burla sobre el acto de firmar en el registro, llamándolo un "acto de capitulación"), la pareja visitó el mausoleo de Lenin y la oficina del partido pro-estalinista "Trudovaya Rossiya" (Partido Obrero Ruso), cuyas juventudes encabezaba Serguéi.
Diez años después, Nastya se encuentra en casa con los dos hijos de la pareja cuando me reúno con Serguéi en el Costa Coffee de la Plaza Pushkin. Udaltsov llega un poco tarde. Estaba haciendo otra entrevista en el puesto de comida rápida justo al lado. Mientras preparábamos la entrevista bromeó diciendo que prefería el Kentucky Fried Chicken porque no era tan burgués.
Pero el propio Udaltsov hoy es un poco más burgués. Ya no viste camisetas con la efigie de Stalin y da conferencias de prensa conjuntas en la Plaza Pushkin con su contrario ideológico, el liberal Boris Nemtsov. También ha cambiado su aspecto: el cuidado peinado de empollón ha dado paso a una cabeza afeitada, podría decirse que un look revolucionario. 
"Sólo era un adolescente que quería escandalizar a la gente", dice de aquella foto. "Era algo así como 'todos tenéis miedo de Stalin, así que voy a llevar una fotografía suya en mi camiseta'. Obviamente, mis puntos de vista han evolucionado en los últimos diez años."
Udaltsov está por supuesto cansado de que le pregunten por Stalin. Se niega a admitir que todavía es estalinista, pero aún no está preparado para condenar a Stalin de manera inequívoca: "No soy una de esas personas que no ve ninguna diferencia entre fascismo y comunismo. Sí, hubo elementos de totalitarismo en ambos, pero sus objetivos fueron muy diferentes, y es muy peligroso equipararlos. El objetivo de Stalin era crear una sociedad comunista, un estado del bienestar con igualdad de oportunidades y justicia para todos."
Además de su lucha contra los oficiales corruptos y los burócratas perezosos, Serguéi aprueba el modo de vida famosamente modesto de Stalin. El coordinador del Frente de izquierdas me recuerda que el líder "murió con su abrigo puesto en un viejo sofá". Él mismo lleva siempre la misma camisa cazadora negra durante el verano y el mismo abrigo negro durante el invierno.

Protestas y arrestos
Udaltsov mencionó su cazadora, que tiene ya tres años, en su emotivo discurso en la plaza Bolotnaya del 4 de febrero, como respuesta al comentario despectivo de Putin de que el movimiento de protesta no era más que una "revolución de abrigo de visón". Ésta fue la primera aparición de Serguéi ante los nuevos "disidentes" o "urbanitas descontentos", como fueron bautizados por el antiguo adjunto al director de la administración presidencial e ideólogo del Kremlin Vladislav Surkov. En el momento de las dos anteriores (y mayores) concentraciones en diciembre, Udaltsov se encontraba entre rejas.
Udaltsov fue detenido preventivamente el 4 de diciembre cuando abandonaba la vivienda de un amigo donde había pasado la noche en un intento de evitar el arresto. De hecho, antes de las elecciones parlamentarias, nadie en Rusia esperaba que decenas de miles de personas tomasen las calles en protestas antigubernamentales. El propio Serguéi no esperaba algo así, pero sin embargo, por la fuerza de la costumbre, anunció una concentración de la oposición sin autorización en la Plaza Manezhnaya.
El 4 de marzo, el día de las elecciones presidenciales, fue una vez más arrestado y condenado a prisión cinco días, aparentemente por haber cruzado un paso de cebra cuando no debía e insultar a un policía. Un colega del Frente de Izquierdas y diputado de la Duma, Ilya Ponomaryov, cree que el gobierno tomó la decisión de mantenerle alejado de cualquier protesta por si acaso.
"Simplemente no querían que apareciese en ninguna de aquellas concentraciones", afirma. "[Las autoridades] tenían esta pesadilla en que aparecía Seryoga llamando a las masas a tomar el Kremlin al asalto y todo el mundo le seguía. Tiene que recordar que Udaltsov realmente puede tocarle las narices a los policías", añade Ponomaryov. En el transcurso de su carrera política, el dirigente del Frente de Izquierdas ha sido detenido más de 100 veces. Pasa casi la mitad de cada año tras las rejas (afortunadamente su mujer también es miembro del partido y no se queja demasiado).
En el vertiginoso punto culminante de la "revolución nevada" de Rusia, las autoridades decidieron que era fundamental mantener a Udaltsov alejado de las calles y le enviaron a prisión dos veces más, por quince y diez días respectivamente. Aquel mes, Serguéi, gracias a una combinación de determinación oficial para mantenerle en prisión y su propio anuncio de una huelga de hambre, pasó de ser un político poco conocido a héroe nacional.
"Creo que cuando te encierran", explica, "una huelga de hambre es de lejos el mejor de los medios no violentos para luchar por tus derechos. Por supuesto, hay un elemento de cálculo. No estamos locos. Pero necesitas poner a las autoridades en una situación en la que se convierta en algo extraño para ellos seguir manteniéndote en prisión."
¿De dónde sale Udaltsov?
Antes de diciembre, la prensa no se tomaba en serio a Udaltsov, y la mayoría de los futuros "urbanitas descontentos" apenas había oído hablar de él. Este graduado en la Facultad de derecho de la Universidad del Mar de Moscú se convirtió en el año 2000 en el coordinador de la "Vanguardia de la Juventud Roja", las juventudes del Partido Obrero Ruso. En los años siguientes organizó regularmente "encuentros populares" y mítines para protestar contra el desarrollo del país, atrayendo rara vez a más de treinta personas. Desde el 2009 en adelante, Udaltsov, en su papel de coordinador del nuevo movimiento "Frente de izquierdas", fue uno de los motores detrás del "Día de la ira" en que tuvieron lugar varias acciones antigubernamentales que atrajeron a más de 1.000 personas.
"Por lo común ocurría más o menos como sigue", explica el periodista Andrey Kozenko, que trabajaba para el Kommersant en aquella época. "El teléfono sonaba, miraba el número de teléfono y levantaba el auricular con un suspiro. Una voz educada me decía algo así como: "hicimos un piquete frente al edificio del Ministerio de Economía, reclamando tomar todo el dinero de los ricos y dárselo a los pobres. Dos personas fueron arrestadas. ¿Podría su diario imprimir esta historia?" Los ministros y reivindicaciones cambiaban, pero la última pregunta no lo hacía nunca. Y yo volvía a suspirar, porque sería imposible darle incluso unas líneas. Era siempre muy frustrante recibir estas llamadas y luego pensar en toda esta generación de jóvenes políticos que había crecido sin saber qué hacer con lo que las acciones que llevaban a cabo."
Ahora las cosas son muy diferentes. Durante mi entrevista con Udaltsov su teléfono suena incesantemente. Es más, responde casi siempre, porque todavía no está acostumbrado a su estatuto de celebridad. Le preguntan su opinión por prácticamente cada tema posible, y se ha convertido en la figura de la oposición más buscada, capaz de reconciliar su imagen como implacable enemigo del sistema con su asistencia a fiestas convocadas por Dimitri Medvédev. 
Udaltsov es posiblemente la figura más enérgica y carismática de la política contemporánea rusa. Si le preguntas a cualquier activista de la oposición por qué la concentración del 10 de diciembre se trasladó de la Plaza de la Revolución a la Bolotnaya te responderán que fue porque Udaltsov, el bloguero Alexey Navalny y uno de los líderes de "Solidaridad", Ilya Yashin, se encontraban tras las rejas por entonces. No había simplemente nadie para tomar el Kremlin al asalto.
El propio Udaltsov, cuando fue liberado en enero, no sugirió a nadie tomar el Kremlin. Ni tampoco lo hizo en la Plaza Bolotnaya el cuatro de febrero ni en la Plaza Pushkin el 5 de marzo. 
"¿Tomar el Kremlin al asalto?", replica. "Para eso se necesitarían miles de soldados letones, soldados o marinos respaldándote, como ocurrió en 1917, o parecerías un agente provocador. No creo que se puedan avanzar artificialmente los acontecimientos, nos guste o no. Aunque a mí por supuesto no me gusta", admite.
Muchos calificaron a Udaltsov de agente provocador tras la concentración "Por unas elecciones justas" en la Plaza Pushkin el 5 de marzo. Udaltsov, sin discutirlo con nadie, anunció desde el escenario que él permanecería en la plaza hasta que Putin renunciase como presidente. Como idea estaba obviamente destinada a fracasar, y condujo al brutal arresto en masa de todos los que permanecieron junto a Udaltsov (y al propio Udaltsov). Su acto irreflexivo provocó duras críticas a Udaltsov por parte de muchos manifestantes. 
¿Adónde va Udaltsov?
Por desgracia, Serguéi no sabe cómo hacer las cosas de otra manera. Sabe cómo llevar a cabo una huelga de hambre o convocar una marcha de protesta, sabe como hacerse arrestar. La vida sería por supuesto imposible sin este tipo de personas, que son un eje sobre el que gira la actividad política, una suerte de locura necesaria. Un fanático carismático es una buena cosa, pero no es un instrumento efectivo de cambio. Vladimir Tor, uno de los líderes de los nacionalistas rusos, afirma que se necesita el instrumento adecuado para llevar a cabo el trabajo. El escritor y nacional-bolchevique Eduard Limonov es aún más crítico con Udaltsov (aunque en realidad lo es con todo el mundo excepto él mismo). Dice que Serguéi es un hombre valiente, pero un político con la mentalidad de un sargento.
A Tor le pareció divertida la imagen de Udaltsov frente a una fuente. Mientras tanto, la fuente helada en la Plaza Pushkin a la cual Udaltsov se encaramó con Navalny y Yashin ha enriquecido el vocabulario político de Rusia. Cuando le pregunto al propio Udaltsov quién es mejor, si Stalin o Putin, me responde irónicamente: "Ninguno de los dos es una fuente", y ríe mientras lo dice. Después de todo estamos sentados en la primera planta de una cafetería desde la cual tenemos una gran vista de la famosa fuente, que ahora ha sido rodeada de vallas durante un mes, para que, Dios mediante, nadie quiera repetir la "heroicidad" de Udaltsov.
Es imposible decir lo que Udaltsov hará ahora. Por el momento está llamando a la gente a participar en la llamada "Marcha de los millones" del 6 de mayo, aunque será un gran logro si la oposición logra una asistencia de 30.000 personas.
Está más o menos aceptado que Serguéi Udaltsov será el principal sucesor de Guennadi Ziugánov al frente del Partido Comunista Ruso. Fue su agente en las elecciones del 5 de marzo. El propio Udaltsov es cauteloso en el asunto.
"Ziugánov es un hombre de principios, eso es claro para mí", afirma Udaltsov. "A él le preocupa el futuro del partido. Para él no se trata una cuestión de tomar un nombre al vuelo. Y ha tenido éxito al a hora de mantener la estructura del partido."
En el futuro inmediato a Serguéi le gustaría crear una coalición amplia de toda la izquierda que incluyese a "Rusia Justa" con Serguéi Mirónov e Ilya Ponomaryov, así como su propia formación y la de Ziugánov. Incluso ahora, dice, el Frente de Izquierdas está ganando los nuevos partidarios de los que hasta entonces había carecido. Sin embargo, hasta Udaltsov tiene que admitir que Rusia está muy lejos de una segunda revolución socialista. "Objetivamente hablando, si hay procesos revolucionarios en desarrollo ahora, tienen un carácter burgués-democrático: libertad, derechos humanos, competición económica. Y es normal. Y por supuesto yo estoy a favor de una revolución socialista, pero las condiciones no son aún maduras."
Cuándo tardarán las semillas plantadas por Udaltsov en germinar es algo que depende, en gran medida, del propio Udaltsov.
Ilya Azar escribe para el portal de noticias de Moscú lenta.ru
Traducción para www.sinpermiso.info: Àngel Ferrero

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