Los meses de diciembre y febrero, el pueblo ruso demandó garantías para
la realización de elecciones transparentes. Sin embargo, la subsecuente
victoria electoral de Putin ha originado protestas, en Rusia, que
señalan el desacuerdo del electorado con el resultado del cómputo. Una
de las manifestaciones, de acuerdo con la prensa británica, reunió a
veinte mil manifestantes en la Plaza Roja de Moscú. Al llegar a Rusia
averigüé acerca de este suceso. Cuál sería mi sorpresa al escuchar a mi
interlocutor decirme que a la Plaza Roja acudieron no veinte mil, sino
cien mil manifestantes anti.Putin.
En la actualidad se vienen sumando otro tipo de manifestantes. Ya no
solo los que exigen elecciones transparentes sino quienes demandan
mejores salarios, mejores condiciones de trabajo y reconocimiento a los
sindicatos independientes por parte de los empleadores.
A mediados de marzo los trabajadores en una fábrica de Saratov acordaron
ir a la huelga. Luego se sumaron los trabajadores en la perforación de
pozos petroleros en Bashkortostan, su demanda era la anulación de los
recortes de salarios. A continuación una importante huelga iniciaron
los trabajadores de Benteler, una planta automotriz en Kaluga, bajo la
conducción del Sindicato Inter Regional de Trabajadores en la Rama
Automotriz o MPRA. Para el sindicalismo ruso el MPRA es sinónimo de
fuerza y efectiva organización que es capaz de hacer oír y resolver sus
demandas. Las autoridades rusas han ejercido tácticas de presión
citando a su líder, Dimitry Kozhnev, a un interrogatorio y dispusieron a
la policía de asalto en las fábricas. El gobernador de la región
Anatoly Artamonov también se convirtió en protagonista de esta disputa.
Los sindicatos controlados por el Estado, que fueron muy activos durante
la campaña electoral, dando su apoyo a Putin, movilizando miembros,
organizando transporte y alimentos para atender a los mítines, hoy, al
revés, se encuentran mudos. Existen informes que afirman que el
sindicato pro Kremlin FEDERACIÓN INDEPENDIENTE DE SINDICATOS DE RUSIA
nunca hizo esfuerzo por establecer un sindicato formal en la fábrica
automotriz y que cada vez que ocurría una disputa de los trabajadores
los representantes de este sindicato, asustaban y persuadían a los
trabajadores a que volvieran a sus puestos de trabajo.
Esta es la Rusia que ha escogido el camino neo liberal y que el pueblo
ruso empieza a rechazar. Los precios de los alimentos están por las
nubes. Un pan baguette pequeño, para un sándwich, el equivalente a un
dólar americano. Un billete de metro un dólar americano. Un almuerzo
en un restaurante medio, digamos como en una pollería en Lima, 30
dólares. Un taxi de diez cuadras de recorrido, 15 dólares, la entrada a
los servicios higiénicos 20 rublos, el dólar es equivalente a 29
rublos. Una entrada al cine 15 dólares. Y si por ‘error’ se le ocurre
miccionar en el 'servicio higiénico histórico’, que dígase de paso es
una maravilla, le costará tres dólares y un poco más. Si comparamos
estos precios con los sueldos y salarios podemos ver la magnitud del
problema. Me he informado que la mayoría de pensionistas gozan de un
haber mensual promedio de 300 dólares. Solo un número insignificante,
los sobrevivientes de la II Guerra Mundial, gozan de un haber de 1000
dólares mensuales. No existe un salario mínimo en Rusia. Hay una
mayoría de trabajadores que gana muy poco pero hay un sector que gana
mucho. Mucha gente tiene dos empleos, o también trabajan como taxistas
para complementar sus sueldos. En Rusia se pueden apreciar a mendigos y
prostitución libre en las calles. En los restaurantes se encuentra al
tipo de gente que puede consumir mucho. He visto carros de lujo, en
exhibición-venta, para ser adquiridos por los capitalistas rusos. Los
pasajeros de los trenes rusos, a diferencia de Bretaña, Alemania,
Francia o España, no tienen, o perdieron, el hábito de la lectura. Sus
rostros denotan descontento. Muchos opinan que se vivió mejor en la
época de Brezhnev. Dicen que no hubo mucho pero todos tenían ayuda del
Estado. Recordemos que hasta el año de 1973, la economía soviética, le
seguía el ritmo de crecimiento a la economía capitalista, sin embargo, a
partir de ese año empezó el periodo del ‘estancamiento’ cuyas causas
deberían ser producto de un profundo análisis.
Los rusos, hoy, tienen de todo en las tiendas pero, pueden comprar muy
poco. El Estado ya no subvenciona como lo hacía antes. Al llegar a Rusia
tienes que registrarte con la policía, es obligatorio y te cuesta 600
rublos, algo más de veinte dólares. De no hacerlo podrías tener una
multa de dos mil a cinco mil rublos. ¿Acaso no criticaban al gobierno
socialista por esta práctica del registro policial? La lucha de los
trabajadores de la industria automotriz en Rusia podría ser el signo de
un giro en las aspiraciones de justicia por parte del pueblo y
trabajadores rusos. En su última huelga los obreros resistieron firmes y
han traído a los dueños de la fábrica, y a sus administradores, contra
su voluntad, a la mesa de negociación conducida por el propio
gobernador, y a la cual ha sido invitado, por la parte sindical, el peso
pesado, Boris Kravchenko, de La Confederación Rusa de los Trabajadores
que se trasladó a Kaluga una vez las noticias de la huelga fueron
difundidas en internet.
El mensaje está claro. Ahora los rusos saben que con buena organización
se puede alcanzar la solución a sus demandas. En la mañana del 2 de
abril, los representantes de la empresa cedieron a las demandas de los
trabajadores y anunciaron el reconocimiento del sindicato y la
iniciación de la negociación colectiva. Durante esta huelga se supo de
simpatizantes que a través de internet pedían ayuda económica para la
lucha. Las huelgas son prohibidas en Rusia y han sido muy raras las
realizadas hasta la fecha. Sin embargo, las luchas de los trabajadores
de Kulaga pueden ser el comienzo de una nueva ola de descontento
laboral. El gobierno ruso, por el momento, puede estar tranquilo.
Pues, ciudades como Moscú y San Petersburgo han vuelto a la calma, pero
deben saber que los eventos que se están desarrollando en provincias son
la continuidad de la lucha de clases en la patria de Lenin. Por su
parte el partido comunista se ha convertido en el líder de la oposición
con un margen de apoyo del veinte por ciento del electorado que tiende a
subir en las encuestas.
Desde luego que es muy importante el rol que Rusia puede jugar en el
terreno geopolítico internacional para detener o, por lo menos,
obstaculizar el avance de la política económica imperialista, pero eso
no debería significar cerrar los ojos a las luchas de los trabajadores
rusos, pues ellos son parte integrante del sindicalismo mundial que
viene siendo atacado por las nefastas políticas neoliberales que saquean
las riquezas nacionales y condenan a la pobreza a millones de
trabajadores.
http://puntodevistaypropuesta.blogspot.com/2012/04/rusia-y-los-trabajadores.html
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