martes, 3 de diciembre de 2013

Ucrania, entre Moscú y Bruselas.

Entrevista con Piotr Simonenko, líder del PCU
Soviétskaya Rossía
Traducido del ruso por Josafat S. Comín 
 El palacio de los gobernantes del gran principado de Lituania en Vilna, en donde tuvo lugar la cumbre de la Unión Europea, “Asociación oriental”, no ha sido un lugar afortunado para los eurocomisarios, que han estado rondando a Ucrania para que se asociase con la UE. Por mucho que los pesos pesados de la política de Bruselas, como el comisario jefe José Manuel Barroso, como el Presidente del Consejo de Europa, Herman Van Rompuy, o la canciller alemana Ángela Mérkel, le estuvieran cortejando, por mucho que Washington amenazase con sanciones, Víctor Yanukóvich se ha mantenido firme. No ha firmado el acuerdo con la UE.
Ucrania seguirá siendo Europa  sólo geográficamente, mientras que en lo que atañe a la política, Yanukóvich tiene sus cuentas. No es que le haya dicho “no” a la Unión Europea, sino que sin ningún tipo de complejos, de un modo abiertamente mercantilista, Yanukóvich  ha hecho público el precio para dejarse querer: 160 mil millones de euros para modernizar la economía ucraniana, en base a los estándares de la Unión Europea. Los europeos no prometen más de mil millones. Por su parte la Federación de Rusia, ya se ha comprometido a rebajar considerablemente a Ucrania el precio del gas y a concederle un crédito en condiciones ventajosas, de 15 mil millones de dólares, en el marco de la colaboración con la Unión aduanera de Rusia, Bielorrusia y Kazajistán.
Al día siguiente de la cumbre, Mérkel volvió a intentar doblegar a Yanukovich. Pero sus esfuerzos resultaron estériles. Las negociaciones sobre el acuerdo de asociación de Ucrania con la Unión Europea, se retomarán en febrero o marzo del 2014. ¿Habrá cambiado el enfoque de los dirigentes ucranianos para ese entonces?
Nadie se atreve a afirmarlo o negarlo con rotundidad. El equipo de Yanukóvich  ya está pensando en las elecciones presidenciales de 2015 y calculando todos los “pros” y “contras”. Yanukóvich no se plantea ceder el poder a la oposición naranja, representada por Vitali Klichko (“UDAR”), Arseni Yatseniuk  (“Batkivschina”) y Oleg Tiagnibok (Svoboda). Aunque éstos tampoco piensan recular. Después de dejarse ver por Vilna, donde han firmado varias declaraciones conjuntas con los europeos, volvieron aquí, donde continúan las movilizaciones a favor de la integración europea. Para algunos, los actos en la plaza de independencia, se han convertido ya casi en un negocio.
No son pocos los que de verdad creen que con la UE, llegará la felicidad. Los comunistas intentan convencer a esos ingenuos compatriotas, recordándoles 1991, cuando los nacionalistas de “Ruj” dibujaran una “vida bonita” en Ucrania tras la independencia. ¿Dónde quedó esa vida bonita?
Piotr Simonenko, primer secretario del Partido Comunista de Ucrania y diputado de la Rada, comparte con nosotros su punto de vista desde Kiev, sobre lo que está sucediendo en Ucrania.
Piotr Nikoláyevich, Ucrania vuelve a ser un hervidero, ¿tanto ha afectado a la sociedad la cuestión europea?
En Ucrania prácticamente ha comenzado la campaña electoral por la presidencia del 2015. Los representantes de los dos clanes oligárquicos, el que estuvo  en el poder, y el que gobierna ahora, se han enfrascado en un rabioso combate por hacerse con el poder en ese futuro cercano. El vector de la integración exterior, la Unión aduanera o la alianza con Europa, se ha convertido en una línea divisoria que continúa una política de división de Ucrania.
Una división que se utiliza en esa lucha por el poder.
En ese combate político, se han activado las “tecnologías políticas” norteamericanas. Algo que ya hemos visto como se ha utilizado en el norte de África y en el Oriente Próximo. A través de las redes sociales, se moviliza la juventud para que tome las plazas. Las clases capitalistas, tras las que se esconden las multinacionales, tanto en Europa como en América, implican a los jóvenes en la lucha por los intereses de las corporaciones transnacionales.
¿Cuál es la reacción del Partido Comunista de Ucrania ante estos procesos?
Entendemos que la juventud quiera vivir mejor. Pero hay que abrirles los ojos y explicarles cómo conseguir esa mejora. Los comunistas vemos nuestra tarea en explicar con qué se ha de luchar por la creación de las condiciones deseables de su futuro en Ucrania.
En Moscú interpretan los acontecimientos ucranianos del siguiente modo: Yanukóvich impide que Ucrania entre Europa, mientras que el pueblo quiere formar parte de Europa. Rusia estaría manejando sus intereses a través del gaseoducto…
Es una visión muy primitiva. En concreto Yanukóvich, ha declarado que continuará el curso hacia la integración europea. Hace relativamente poco estaba intentando alcanzar un acuerdo con Europa, a un nuevo nivel. En la base de las conversaciones, hay algo tan prosaico como que el actual gobierno ucraniano está regateando a ver quién da más, jugando con los intereses geopolíticos de Rusia, Europa, sin olvidar los norteamericanos. Los medios del “quién da más”, serán utilizados en las elecciones presidenciales en 2015, para enriquecer a los clanes oligárquicos cercanos a las estructuras del actual gobierno.
¿Qué propone el Partido Comunista en Ucrania?
Nosotros insistimos en que esa elección consciente de con quién ir al futuro, con la Unión aduanera de Rusia, Bielorrusia y Kazajistán o con la Unión Europea, la tiene que hacer el pueblo de Ucrania.
Desde el primer momento declaramos que era necesario convocar un referéndum sobre esta cuestión. Los ciudadanos deben conocer que perspectiva les espera con una u otra integración, deben conocer el pronóstico socioeconómico de desarrollo del país en uno u otro caso, deben entender cómo repercutiría en las empresas que trabajan en cooperación con empresas rusas, con el mercado ruso, con el mercado de los países de la Unión aduanera. Para informar sobre eso, se necesita contar con las condiciones necesarias.
Hay que despejar esos espejismos, entre la gente que cree que es suficiente con firmar el acuerdo de asociación con la Unión Europea, para que automáticamente la sociedad ucraniana obtenga esos valores, de los que tanto se habla ahora. La gente tiene que entender, que el poder en Ucrania seguirá en manos de esos mismos oligarcas, que seguirán poniendo en práctica las mismas políticas para enriquecerse a costa de la brutal explotación de los trabajadores.
La tarea que nos marcamos es hacer ver a la gente cuál es la situación real, liberar al pueblo de esas esperanzas injustificadas en la mejora del nivel de vida tras la asociación con la Unión Europea.
El pueblo nos escucha. Ha respaldado nuestra iniciativa de convocar un referéndum. Ya llevamos recogidas más de tres millones y medio de firmas en apoyo del referéndum. Mientras, el gobierno de los capitalistas, pertenezcan al clan que pertenezcan, coincide en su rechazo hacia el Partido Comunista. No hace más que poner obstáculos. Nos prohíben organizar reuniones para defender la necesidad del referéndum, nos prohíben reunir firmas.
Incluso la autodenominada oposición nos ha demandado judicialmente. Mientras que el gobierno, aprovechando que controla los tribunales, les ha dado el visto bueno para prohibir el referéndum. Así que sobre el referéndum, a día de hoy, solo se puede hablar en el contexto de que la voluntad del pueblo se ha expresado en esos tres millones y medio de firmas recogidas por nosotros, los comunistas.
¿Entienden los partidarios de integración europea, lo que esperaría Ucrania tras la firma del acuerdo con la UE?
En su mayoría no. Por desgracia aquí, como pasa en Moscú, muchos procesos sociales están dirigidos por los representantes del gran capital. Ellos tienen ese activo que movilizan a conveniencia. El capital invierte dinero para sacar a las plazas a toda esa masa de gente, que en su mayor parte poco entiende lo que sucede y en qué están participando. Son mítines por encargo. Los provocadores que van en primera línea, garantizan unas buenas fotos, coloridas, para los medios. También se compra a los más pobres. Llegan a las movilizaciones para ganar algo. Reciben su migaja, se beben su botella de cerveza y se vuelven a quedar como estaban. Hay un gran problema con esto.
Cuando habla de clanes oligárquicos, ¿a quién se refiere, quienes son sus líderes?
Yo los diferenciaría por los colores: los blanquiazules y los naranjas. Los naranjas son el grupo del gran capital, que desde hace tiempo viene trabajando bajo control de occidente.
¿Qué papel le corresponde actualmente a Yulia Timoshenko?
A Timoshenko la utilizan más que nada para distraer la atención. Ya no la necesitan más. Si acaso para alguna argucia en esa lucha por intereses ajenos. Sin duda, ella representa los intereses del gran capital. Lo que hay que entender, es que hoy intentan separar y provocar sentimiento de lástima hacia una oligarca, Timoshenko, mientras olvidan a los 45 millones de ese pueblo saqueado.
¿A qué fuerzas representa Klichko?
Para que entiendan quien es Klichko, les diré que su grupo “UDAR”, no vota en la Rada el que se pueda celebrar en Cherkass el 70 aniversario de su liberación de los ocupantes fascistas alemanes, ni vota a favor de celebrar el 230 aniversario de Sebastopol, ni vota a favor de celebrar las gestas del pueblo soviético en los años de la Gran guerra patria. Si en su grupo están los mismos que auparon a Yúschenko el poder ¿quién es entonces Klichko? Creo que no es más que una marioneta política.
¿Qué podemos esperar de las negociaciones con los europeos, cuando se reanuden en febrero, marzo de 2014?
Está negociando. No me aventuro  a predecir lo que pensará el presidente para el mes de marzo. Hay una gran indecisión, indeterminación. Y eso es lo peor para una economía tan inestable como la ucraniana
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