La estrategia del movimiento comunista a través de la experiencia del KKE (Partido Comunista de Grecia)
Artículo de Giorgos Marinos,
miembro del Buró Político del CC del KKE. Una versión reducida del
artículo fue publicada en la revista alemana “Marxistische Blätter”,
número 5 de 2012.
Es verdad es que cuando nos referimos a
los problemas complejos que le conciernen al movimiento comunista y
obrero, especialmente cuando se trata de problemas que tienen que ver
con la estrategia de los partidos comunistas, la política de alianzas,
es necesario mejorar el debate ideológico y político acerca de
cuestiones sobre las que se expresan diferentes enfoques y desacuerdos.
Así se plantearán argumentos, posiciones diferentes se pondrán a prueba
en base a las experiencias reales, los principios marxistas-leninistas y
la experiencia del movimiento comunista y obrero.
De esta manera se evitarán los
aforismos, y la discusión o debate contribuirán para sacar conclusiones,
destacar los elementos positivos en la estrategia y la táctica de los
partidos comunistas o rechazar las posiciones erróneas y corregirlas.
Todo esto tiene un objetivo.
Que el Movimiento Comunista establezca bases sólidas, revolucionarias y
supere su crisis, que se vuelva capaz en la lucha por la organización de
la clase obrera, por la construcción de la necesaria alianza
sociopolítica, por conquistar un nivel más alto en el esfuerzo por
reunir fuerzas con el objetivo de escalar el conflicto contra las
fuerzas del capital, por derrocar la barbarie capitalista, por el
socialismo.
Sin lugar a dudas, los partidos
liberales y socialdemócratas así como los partidos que han renunciado a
los principios de la cosmovisión marxista-leninista y se han deslizado
por el camino de la conciliación de clases, del oportunismo, y han
tomado claras posiciones. Han elegido el camino de defender y gestionar
el capitalismo independientemente de las excusas y los pretextos que
utilizan.
La cuestión es que los Partidos
Comunistas que creen en los principios de la lucha de clases, en la
necesidad histórica de la lucha por el derrocamiento del régimen de la
explotación del hombre por el hombre, en la construcción de la nueva
sociedad, el socialismo-comunismo, adapten su estrategia y táctica a
estos objetivos que son la esencia y la razón de ser de un partido
comunista, la mayor contribución posible a los intereses de la clase
obrera y de los sectores populares.
1. El KKE ha asumido su
responsabilidad. Avanza de manera medida y estudiada en un camino muy
duro, saca experiencia de su historia, confronta sus debilidades y
ajusta su estrategia y tácticas (que derivan de la estrategia) a las
necesidades de concentración, educación y organización de fuerzas
obreras y populares en los centros de trabajo y en los barrios en base a
un objetivo no negociable: la ruptura con el gran capital y las uniones
imperialistas por el derrocamiento del poder de los monopolios, el
derrocamiento de las relaciones de producción explotadoras y su
sustitución por el poder obrero y popular socialista, por las relaciones
de producción socialistas.
El KKE hace muchos años atrás, en 1996
en su 15º Congreso ajustó su estrategia y táctica a las nuevas
necesidades que crea el desarrollo del capitalismo, la dominación y el
fortalecimiento del capital monopolista, la asimilación de Grecia en las
organizaciones imperialistas, en la Unión Europea y la OTAN.
A través del estudio de la
situación objetiva, evaluando que en Grecia se han desarrollado (aún
más) las relaciones capitalistas de producción y el capitalismo está en
su fase superior imperialista (monopolista), llegó a la conclusión de
que los requisitos materiales para el socialismo han madurado aún más.
El Congreso mencionaba que en nuestra época, la época de transición del
capitalismo al socialismo, la lucha de clases se dirige hacia la
solución de la contradicción fundamental entre capital y trabajo. El
cambio revolucionario en Grecia será socialista. Las fuerzas motrices de
la revolución socialista serán la clase obrera como fuerza dirigente,
los semiproletarios, los campesinos pobres y los sectores
pequeñoburgueses populares rurales más oprimidos.
En esta base se estableció la línea
antimonopolista antiimperialista de concentración y lucha como una
herramienta, como medio para reunir fuerzas, como base para la política
de alianzas del partido y su actividad en el movimiento obrero y popular
con el objetivo de resolver la cuestión fundamental del poder,
conquistar el poder popular que creará la base económica cuya
característica básica será la socialización de los medios de producción
concentrados y la planificación central.
En este sentido se han hecho los
ajustes necesarios en los tres congresos siguientes enriqueciendo la
estrategia y la táctica del partido. Esta característica es
particularmente evidente en el 18º Congreso en 2009 que enriqueció la
estrategia del KKE con la utilización de la resolución especial sobre
las causas y los factores que llevaron al derrocamiento del socialismo,
sobre todo en base a la experiencia de la Unión Soviética.
Es obvio que el KKE al ajustar su
estrategia a las nuevas necesidades de la lucha de clases, ha superado
la lógica de las “etapas” que fue un rasgo característico de la
estrategia del movimiento comunista de las décadas anteriores y todavía
se mantiene en los programas de muchos partidos comunistas.
La resolución del KKE se justifica por
la realidad objetiva que resalta que no existe un sistema socioeconómico
intermedio (es decir entre el capitalismo y el socialismo-comunismo) y
por lo tanto no existe un poder intermedio.
La lógica de la etapa intermedia se
refiere a una situación transitoria que independientemente de la
correlación de fuerzas que puede expresarse a través del mejoramiento de
la posición de un Partido Comunista en las elecciones parlamentarios no
puede solucionar los dos problemas cruciales que tienen que ver con el
poder y con la propiedad en los medios de producción.
Sin duda, sin el derrocamiento
revolucionario, el poder, los medios de producción y la riqueza que
producen los trabajadores permanecerán en manos de la burguesía; no
existirán (objetivamente) las condiciones para la satisfacción de las
necesidades populares, se perpetuará la explotación capitalista y por lo
tanto esta situación será de duración corta; se acumularán problemas
para el pueblo y el Partido Comunista será expuesto, atrapado en el
círculo vicioso de incorporación en el sistema.
La nueva estrategia del KKE, a pesar de
las dificultades creadas por el período de la contrarrevolución y la
restauración del capitalismo en la Unión Soviética y los demás Estados
socialistas, a pesar de las consecuencias de la crisis interna del
partido y de la escisión en 1990-1991, ha dado un gran impulso a su
lucha.
Ha ganado nuevas posiciones en los
sindicatos y otras organizaciones del movimiento popular y de masas. Ha
desarrollado sus lazos con la clase obrera, con el campesinado, con las
capas medias urbanas. Ha dado pasos importantes en la construcción
partidista, en el desarrollo de la actividad en la juventud, la Juventud
Comunista de Grecia se vio fortalecida. El partido ha adquirido una
presencia parlamentaria esencial y ha contribuido al esfuerzo de
reagrupar el movimiento comunista internacional y confrontar su crisis
ideológica, política y organizativa.
Somos muy conscientes del debate y de
los argumentos que se utilizan contra la dirección estratégica del KKE y
planteamos nuestros argumentos en el debate y para reflexión tratando
de destacar los elementos objetivos que llevan a esta opción.
El capitalismo es un sistema
históricamente anticuado que ningún modo de gestión no le puede dar un
rostro humano. Estamos hablando de la gestión liberal y socialdemócrata
tradicional así como de la que se presenta como “de izquierda”, “de la
nueva izquierda”, “progresista” etc. y ha provocado discusiones en el
movimiento comunista.
No estudiamos las intenciones, más aún
en los casos en los que el bloque de fuerzas que han llevado a cabo
responsabilidades gubernamentales en sus países incluye partidos
comunistas con los que el KKE mantiene en general buenas relaciones
bilaterales.
Centramos nuestra atención en las
propias leyes del sistema. En la ley fundamental de adquisición de
plusvalía, de trabajo no remunerado y ganancia para los monopolios que
son el corazón de la naturaleza de explotadora del capitalismo y no
cambia por ninguna gestión cualquiera que sea su denominación. Esta ley,
independientemente de las fórmulas de la política implementada,
determina el carácter explotador de la economía.
Centramos nuestra atención en la
agudización de la contradicción fundamental, la contradicción entre el
carácter social de la producción y del trabajo (por un lado) que pone en
movimiento a millones de obreros, trabajadores que producen la riqueza y
(por otro lado) la apropiación privada capitalista de los resultados de
este proceso que hoy en día está a niveles aún mayores que antes y
tiene su base en el poder del capital y en su propiedad en los medios de
producción.
Es justamente esta contradicción que
conduce a las crisis capitalistas, que hace que el sistema sea más y más
agresivo y reaccionario. Esto es lo que demuestra la experiencia
reciente de la crisis capitalista que ha afectado a Grecia, España,
Italia, Portugal, Irlanda y otros Estados de la Unión Europea así como
los EE.UU., Japón y otros países capitalistas según la fase del ciclo en
que se encuentra cada país.
Esta contradicción no puede ser
superada por ninguna fórmula de gestión del sistema y la subestimación
de la contradicción fundamental en el nombre de las “particularidades
nacionales” atrapa a algunos partidos comunistas en posiciones
equivocadas.
Centramos nuestra atención en la
agresividad imperialista y la agudización de las contradicciones
interimperialistas sobre el control de las materias primas, la
distribución de los mercados y de las esferas de influencia que
constituyen la base para el estallido de las guerras imperialistas. Esto
no tiene que ver solamente con la experiencia histórica de las épocas
anteriores, no se limita a la Primera y Segunda Guerra Mundial. Está
relacionado con decenas de guerras locales y regionales, las guerras que
hemos experimentado recientemente en Yugoslavia, Afganistán, Irak y
Libia. Está relacionado con la intervención en los asuntos internos de
Siria, las amenazas contra Irán, el peligro de una guerra imperialista
generalizada en el Mediterráneo Oriental, en el Golfo Pérsico, en la
amplia región.
Estas contradicciones no pueden ser
superadas por ninguna fórmula de gestión burguesa. La aproximación
distorsionada no-clasista de las relaciones internacionales conduce al
atrapamiento en lógicas sin salida de la “democratización” de las
uniones y los organismos imperialistas, de la OTAN, la UE, a la quimera
del llamado “mundo multipolar”, incluso a la degeneración de la
participación en gobiernos que llevaron a cabo guerras imperialistas
(como por ejemplo en Yugoslavia) o, más recientemente, a la
justificación y apoyo de la guerra imperialista contra Libia (véase la
postura de algunos europarlamentarios de GUE-NGL).
La posición de que el capitalismo es un
sistema históricamente anticuado no tiene que ver sólo con Grecia u
otros Estados capitalistas con una posición intermedia en el sistema
imperialista que han sido fuertemente afectados por la crisis. Tiene que
ver en general con el sistema incluyendo los Estados capitalistas
desarrollados, más poderosos que tienen como rasgo característico el
alto grado de explotación de la fuerza de trabajo (debido al crecimiento
de la productividad del trabajo) y la alta rentabilidad de los
monopolios. En estos Estados también (p.e. EE.UU., Alemania, Francia,
Gran Bretaña, Japón etc.) la debilidad de satisfacer las necesidades
populares es indiscutible; la tasa de desempleo sigue siendo alta, se
eliminan derechos laborales y de seguridad social, se recortan los
salarios y las pensiones, se comercializan los servicios sociales.
¿Cuál es la respuesta a esta
situación desde el punto de vista de los intereses de la clase obrera y
de los sectores populares, desde el punto de vista del progreso social?
La respuesta es el desarrollo de la lucha de clases. El
desarrollo de la lucha ideológica, política y de masas por el
derrocamiento de la barbarie capitalista, de las crisis, de las guerras,
del desempleo que afecta a millones de trabajadores, de la pobreza.
El desarrollo de la lucha de clases, en
primer lugar a nivel nacional, allí donde se manifiesta de manera clara
y directa la contradicción entre capital y trabajo. Así como con la
coordinación esencial a nivel internacional con los partidos comunistas,
revolucionarios como protagonistas y con las fuerzas sociales que
tienen interés en luchar contra los monopolios, el capitalismo y las
uniones imperialistas.
La respuesta es la lucha por el
socialismo. Esto no es un asunto académico; no es un asunto más. Es la
cuestión fundamental y dominante que determina todo lo demás. Es decir,
no es suficiente la referencia al concepto del socialismo en el
programa, en los documentos de un Partido Comunista o la aceptación de
la necesidad y la vigencia del socialismo. Generalmente, esto se hace
pero es de poco valor cuando otras opciones programáticas aíslan la
lucha por el socialismo y cuando la táctica que se determina es parcial y
deriva de un objetivo intermedio para la gestión del sistema.
La cuestión fundamental es la
lucha por el socialismo y las exigencias de esta, para que esta lucha
determine en la práctica la orientación en el movimiento obrero, en el
marco político que plantean los comunistas en la lucha contra la
explotación capitalista, las demandas, los objetivos de lucha, la
construcción de la unidad clasista de la clase obrera, la política de
alianzas, las elaboraciones del partido sobre los problemas populares.
Así se sentarán en el banquillo de
acusado el sistema de explotación, las fuerzas del capital y sus
representantes políticos, se promoverá la solución que no es de modo
general y vago el “desarrollo”, la “democracia”, el “progreso social”
sino el desarrollo (socialista) que tiene como criterio la satisfacción
de las necesidades populares sin los capitalistas y la ganancia
capitalista, con la riqueza en manos de los trabajadores que la
producen.
Sólo en este caso, en un ambiente muy
hostil donde los capitalistas y el estado burgués que utilizan los
medios más modernos de manipulación, intimidación, represión y el
oportunismo está llevando a cabo un intento organizado de desgaste de
conciencias se puede alimentar el desarrollo de la conciencia obrera y
popular, se puede preparar y madurar el factor subjetivo para que
corresponda (tanto como es posible) con las necesidades de la lucha de
clases. Esto dará un impulso a la lucha de los trabajadores para decidir
a tomar parte en la acción y en las condiciones más difíciles, a
enfrentarse con sus adversarios de clase al lado del partido
revolucionario.
Al contrario, (si no se da esta
batalla) la clase obrera, los sectores populares pobres cuyos intereses
(objetivamente) están en dirección opuesta al capitalismo, aceptarán el
sistema explotador como única solución y serán atrapados en los
diferentes tipos de gestión y desarmados.
Algunos camaradas dicen: “La
correlación de fuerza es negativa, no podemos hablar de derrocamiento
del sistema, por el socialismo.”
Respondemos decisivamente. Esta
aproximación está equivocada. Es cierto que la revolución socialista no
está en la agenda en este momento, no se han desarrollado las
condiciones previas para la situación revolucionaria que es un
desarrollo objetivo y tiene que ver con la crisis política profunda en
que se manifestará lo que dijo Lenin en “La quiebra de la Segunda
Internacional”, es decir que los de “arriba” no pueden gobernar como
antes y los de “abajo” no toleran ser gobernados como antes.
Sin embargo, esto no significa que los
comunistas “cruzarán las manos” y buscarán sustitutos para la gestión en
la lógica del “mal menor”. El deber de los comunistas es hacer un
esfuerzo continuo y combativo para organizar a la clase obrera, cambiar
la correlación de fuerzas en el movimiento obrero y popular primero y no
sólo en los procesos parlamentarios. Este cambio de la correlación de
fuerzas (que no es inmutable) tendrá elementos clasistas cualitativos y
será la solución alternativa real que preparará a la clase obrera para
las confrontaciones difíciles.
En todo caso, la necesidad del
socialismo no está determinada por la correlación de fuerzas. Ni tampoco
nuestra época, que es la época de transición del capitalismo al
socialismo, ha cambiado debido a los cambios contrarrevolucionarios. Lo
que determina, que ha determinado también los sistemas socio-económicos
precapitalistas anteriores, es la maduración de las condiciones
materiales para la construcción de un sistema socioeconómico cada vez
superior, la agudización de las contradicciones que rigen el sistema
viejo. Es la agudización de la contradicción entre las fuerzas
productivas y las relaciones de producción obsoletas que destruyen o
impiden el desarrollo de las fuerzas productivas.
Hoy en día, el factor
determinante es la falta de correspondencia entre el carácter social de
la producción y del trabajo con la propiedad social sobre los medios de
producción. Esta es la base que da lugar a la necesidad de luchar por el
socialismo.
El KKE no subestima las dificultades de
la lucha de clases y los desarrollos complejos que tienen que
confrontar los partidos comunistas a nivel internacional. Seguimos con
gran atención, por ejemplo, los desarrollos en América Latina y siempre
expresamos nuestra solidaridad con la lucha de los partidos comunistas.
Estudiamos los procesos en los pueblos, la trayectoria de los gobiernos
que han sido elegidos con lemas de solución de los problemas populares y
de esta experiencia sacamos conclusiones teniendo como criterio la
política implementada, su carácter clasista y, por supuesto, su postura
sobre dos cuestiones básicas.
El carácter del poder y de la propiedad de los medios de producción
En esta base cabe señalar que la
alteración y la subestimación de estas dos cuestiones básicas y la
sustitución del socialismo científico por la lógica del llamado
“socialismo del siglo 21”, promovido por fuerzas socialdemócratas,
significa atrapamiento en la ilusión de un “capitalismo humanizado” y
desarmamiento de la lucha de la clase obrera.
La necesidad de derrocamiento del
capitalismo fue planteada por los teóricos de nuestra cosmovisión en el
“Manifiesto del Partido Comunista” y a continuación.
Se planteó más urgentemente en los años
posteriores utilizando la experiencia de la primera revolución
proletaria, la “Comuna de París”.
El siguiente extracto del prólogo que escribió Engels en 1888 en el discurso de Marx sobre el Libre Comercio es característico.
“La miseria de grandes masas de la
población como consecuencia de la sobreproducción que genera tanto
excesos periódicos y repulsiones, acompañados por el pánico, o bien un
estancamiento del comercio, la división de la sociedad en una pequeña
clase de capitalistas grandes y en una grande clase prácticamente de
esclavos asalariados hereditarios, proletarios, que mientras su número
aumenta constantemente están siendo reemplazados por las nuevas máquinas
que ahorran trabajo humano, en pocas palabras, la sociedad llega a un
camino sin salida del cual la única manera de salir es la transformación
completa de toda la estructura económica que forma su base”.
La Gran Revolución Socialista de
Octubre, su carácter socialista, en los principios del siglo 20, en un
país capitalista atrasado con numerosas capas agrícolas,
pequeñoburguesas respondió prácticamente a la búsqueda de los
revolucionarios de aquel período y refutó a los partidarios del
oportunismo.
La derrota de la revolución de 1905, el
ataque zarista y la represión fueron combatidos decisivamente. El
partido bolchevique bajo la guía de Lenin fue reagrupado, adquirió la
estrategia y tácticas necesarias, continuó en condiciones desfavorables
la preparación para el derrocamiento revolucionario no sólo del
absolutismo feudal sino además del poder burgués.
Lenin y los bolcheviques no eligieron
el “mal menor”, no “se atraparon” en la búsqueda de soluciones de
gestión, no trataron como absoluta la correlación de fuerzas negativa
que poco tiempo antes de la revolución de octubre fue negativa para los
bolcheviques y a favor de los oportunistas en los Soviets y en las
elecciones para la Asamblea Constituyente.
Lo dejaron absolutamente claro: “Ningún
apoyo al Gobierno Provisional” como dijo Lenin en las Posiciones de
Abril de 1917. “El paso del poder estatal de las manos de una clase a
manos de otra clase es la primera, principal, básica característica de
la revolución, tanto en el sentido estrictamente científico como en el
sentido prácticamente político.”
Mencionamos estas cosas tomando en
cuenta el debate que se está celebrando en el movimiento comunista sobre
este período, reiterando que el elemento fundamental es el cambio de la
clase en el poder y esto se hace solamente a través de la vía
revolucionaria como lo ha demostrado su larga experiencia histórica que
nos puede proteger de las ilusiones parlamentarias. Tomando en cuenta
que nunca y en ningún país no se produjo un derrocamiento de régimen de
explotación a través de procesos parlamentarios.
Los clásicos se referirían al
derrocamiento del capitalismo y a la necesidad del socialismo a finales
del siglo 19, a principios del siglo 20 y hoy en día, cuando las
condiciones materiales han madurado a un grado sin precedentes no
tenemos el derecho de retirarnos de esta posición.
Algunos camaradas dicen: “Las
condiciones cambian de un país a otro”. Por supuesto, la ley de
desarrollo desigual da lugar a diferencias en el nivel de desarrollo del
capitalismo; puede haber diferencias en la estructura social de cada
sociedad capitalista, diferente nivel de madurez de la conciencia de la
clase obrera, diferencias en la correlación de fuerzas. Cada Partido
Comunista toma en cuenta (debe tomar en cuenta) estos elementos al
elaborar su estrategia y tácticas, su política de alianzas. Sin embargo,
existen algunas reglas generales, algunos principios fundamentales que
siempre que sean violados llevaron a la desviación, llegando hasta el
llamado “Eurocomunismo” que violó y abolió todos los principios
revolucionarios en el nombre de la particularidad nacional. El
desarrollo del capitalismo, el surgimiento global de los monopolios es
el problema principal que determina el hecho de que el sistema está en
su última fase, la fase imperialista y destaca que han madurado las
condiciones materiales para la construcción del nuevo sistema, el
socialismo-comunismo.
En las obras clásicas de nuestra
cosmovisión se analizó hace muchos años la esencia de la cuestión de las
particularidades nacionales. Es muy útil la referencia clásica de
Engels que señaló en 1887 en el prefacio de la edición estadounidense de
la obra “La situación de la clase obrera en Inglaterra” que: “Las
causas que han cavado el abismo entre la clase obrera y la clase
capitalista son las mismas en Estados Unidos y en Europa. Los medios de
llenar este abismo son los mismos en todas partes. Consecuentemente, el
programa del proletariado norteamericano deberá coincidir a la larga, en
cuanto al supremo objetivo a alcanzar, con aquel que ha llegado a ser
luego de sesenta años de disensiones y debates el programa adoptado por
la gran masa del proletariado militante de Europa. Deberá
proclamar, como fin supremo, la conquista del poder político por la
clase obrera a fin de efectuar la apropiación directa de todos los
medios de producción –suelo, ferrocarriles, minas, máquinas etc- por
toda la sociedad y su realización por todos y para beneficio de todos”.
2. El KKE estudia y aprende de la
experiencia internacional del movimiento comunista, obrero así como de
su propia trayectoria histórica. Los errores más importantes que tienen
un alto precio, están relacionados con el abandono de la independencia
ideológica, política y organizativa del partido comunista en formaciones
de cooperación, coaliciones y hay muchos ejemplos de este tipo en el
movimiento comunista. Ejemplos que llevaron a retrocesos para muchos
años, a la asimilación o incluso a la disolución de partidos comunistas.
La política de alianzas es una política
de importancia estratégica, determinada por la línea básica,
estratégica y esto es un elemento que requiere consistencia
revolucionaria. Cualquier desviación de este deber en nombre de
maniobras, de réditos electorales temporales etc conduce hacia atrás,
cancela todo lo que había logrado el partido comunista en el período
anterior, pone en riesgo su propia existencia revolucionaria.
Destacamos este hecho teniendo en
cuanta el debate, la confrontación con respecto a la posición del KKE en
las elecciones parlamentarias recientes en Grecia en mayo y junio de
2012.
No vamos a ocuparnos de las
calumnias sobre sectarismo. El KKE había respondido con su actividad
diaria, con las posiciones importantes que ha obtenido en el movimiento
obrero y popular, con su papel de liderazgo en las numerosas
confrontaciones clasistas, en decenas de huelgas, sentadas y
manifestaciones, con el impacto de sus posiciones, su prestigio y el
papel que desempeña en la vida política del país que supera con creces
su influencia en las elecciones.
Pero debemos informar a los
lectores que la calumnia sobre el sectarismo se lanza sobre todo por los
enemigos políticos de clase, incluyendo a los vehículos del
oportunismo, que no pueden llevar el KKE bajo su control y ponerlo en el
camino del “realismo de sumisión” y de la reconciliación clasista.
Estas fuerzas habrían elogiado
el KKE si hubiera traicionado a la clase obrera, si hubiera traicionado a
nuestro pueblo y hubiera seguido una línea de abandono de la lucha por
el socialismo, si hubiera dejado de condenar la Unión Europea
abandonando la posición de retirada de la alianza depredadora de la UE y
de la OTAN, si hubiera decidido participar en un gobierno de gestión
del sistema.
Por lo tanto, hemos centrado nuestra
atención sobre las fuerzas que representan a partidos comunistas y abren
un frente ideológico tan superficial –realmente muy superficial- contra
el KKE, que lo reconsideren porque quedarán expuestos.
No estamos hablando de una crítica
justificada, ni de un conflicto ideológico y político con argumentos.
Esto es admisible y necesario. Hablamos de los golpes solapados, de los
ataques calumniosos que distorsionan las posiciones del KKE y utilizan
argumentos de nuestros enemigos para estigmatizar la lucha por el
derrocamiento del capitalismo, por el socialismo (porque de esto se
trata en realidad), con la calumnia sobre el sectarismo.
Cada partido, cada cuadro debe asumir sus responsabilidades.
Nuestro partido ha llamado a las
fuerzas que han apoyado SYRIZA en las elecciones, abiertamente con
visitas en Grecia o de forma cubierta, contra el KKE a decir a los
miembros de los partidos comunistas y a los trabajadores en general toda
la verdad.
Por ejemplo:
Deben decirles que el
denominador común de la política de la ND, del PASOK, de SYRIZA y de los
demás partidos excepto el KKE es el apoyo a la UE, la unión
interestatal imperialista que implementa una estrategia antipopular,
como se ha demostrado, y tiene como criterio de su consolidación y
desarrollo los intereses de los grupos monopólicos y de las
multinacionales.
Deben decirles que una
parte de la burguesía, grupos económicos fuertes que controlan los
periódicos y otros medios de comunicación así como la radio y la
televisión estatales han apoyado SYRIZA decisivamente mientras que el
presidente de los industriales griegos hizo una propuesta para la
formación de un gobierno de concordia nacional con la participación de
este partido.
Deben decirles que
durante el curso del proceso electoral y sobre todo después de las
elecciones de 6 de mayo SYRIZA abandonó incluso a su fraseología con
respecto a la cancelación de los memorandos y de los contratos de
préstamo, la nacionalización de empresas etc y ajustó su programa
plenamente a las necesidades de la gestión burguesa.
Deben decirles que una
gran parte de los cuadros más corruptos del PASOK en las autoridades
regionales, los municipios, los sindicatos, en el aparato estatal
desempeñaron un papel principal en la manipulación de las fuerzas
populares, de los votantes del PASOK a favor de SYRIZA. Que está en
desarrollo un plan de reagrupamiento de la socialdemocracia, teniendo
como núcleo este partido, ya que se ha demostrado útil para la burguesía
para erosionar la conciencia radical a favor de la “vía de sentido
único de la UE”, el ataque y control del movimiento obrero.
Deben decirles que en
vísperas de las elecciones, en el encuentro con los embajadores de los
G20 en Grecia, SYRIZA dio a los EE.UU. y a la OTAN sus garantías.
Es importante informar a los miembros y
los amigos de los partidos comunistas, a los trabajadores un
acontecimiento que tuvo lugar después de las elecciones.
El KKE ha presentado en el Parlamento
un proyecto de ley para la cancelación de los contratos de préstamo, los
memorandos y las leyes de aplicación, para la abolición de las medidas
antipopulares en su conjunto. Este proyecto de ley ha sido discutido en
el movimiento obrero y popular y tiene un amplio apoyo. SYRIZA se ha
encontrado en una situación incómoda porque en realidad ha entrado en el
bloque de las fuerzas de “renegociación” con la Unión Europea en el
nombre del realismo de la sumisión.
El ataque contra el KKE por las fuerzas
del oportunismo de derecha y de izquierda no nos ha sorprendido. Es un
elemento de la confrontación ideológica y política. El KKE no fue
sorprendido ni siquiera por la postura del Partido de la Izquierda
Europea (PIE). El PIE fue establecido en base a las direcciones de la
Unión Europea, del “Tratado de Maastricht”, de la estrategia del
capital. Aceptó los términos y las condiciones planteados por la Unión
Europea. Defiende el centro imperialista europeo, está a favor de la
cooperación de clases y del consenso social; evita como la peste la
lucha por el socialismo.
Los y las comunistas, los trabajadores deben examinar las posiciones de cada partido y sacar sus propias conclusiones.
El Comité Central del KKE ha analizado
con un gran sentido de responsabilidad el resultado electoral que fue
negativo para el partido y el pueblo. Se han organizado discusiones
esenciales tanto dentro del partido así como con amigos y simpatizantes.
Se ha discutido la táctica electoral, las deficiencias, los retrasos y
las insuficiencias que se han observado. Se hicieron unas observaciones
muy útiles y se elaboró un plan de actividades para el período próximo.
El Comité Central, los órganos de
dirección de las organizaciones, los miembros y los amigos del KKE
confirmaron que la posición del Partido, es decir el rechazo de
participación en un gobierno de gestión burguesa con SYRIZA o con otras
fuerzas, fue correcta y necesaria.
Las fuerzas y los amigos del partido
defienden la posición que subraya que un partido revolucionario no puede
tener dos caras, una cara en la acción diaria y otra en las elecciones.
Que no puede luchar diariamente para la concentración de fuerzas por el
poder y en las elecciones arruinar este trabajo y hablar de un gobierno
de gestión para satisfacer las expectativas de las masas populares para
una solución “fácil” pero sin salida.
Las fuerzas y los amigos del partido defienden la línea política que siguió el KKE en las elecciones.
Una línea política que incluye
la condena de la política antipopular de los contratos de préstamo y de
los memorandos, la retirada de la Unión Europea y la cancelación
unilateral de la deuda con el poder popular. Esta posición es el núcleo
de la actividad del partido en este período porque es la respuesta a los
acontecimientos que se han desarrollado, es la respuesta a las
necesidades de la lucha de clases desde el punto de vista de los
intereses de la clase obrera y de los sectores populares.
El problema principal que ha surgido y
es una experiencia importante para el movimiento comunista internacional
es si un partido comunista participa o no en un gobierno de gestión
burguesa independientemente de si aparece con el nombre “de izquierda”,
“progresista” etc.
La decisión que tomó el KKE, la
decisión de rechazar la participación en un gobierno de gestión del
capitalismo tomó en consideración que esto podría llevar una pérdida de
votos. Esto se debe a que en condiciones de un ataque anti-KKE muy bien
organizado, en condiciones de una crisis capitalista profunda, de alto
desempleo, pobreza e inseguridad surge la lógica del “mal menor”, las
fuerzas populares buscan una solución inmediata que contribuirá a
aliviar los problemas agudos.
Sin embargo, el KKE ha mantenido una posición de principios y quisiéramos señalar lo siguiente:
En primer lugar, es
necesario luchar contra la lógica del “mal menor”. Se trata de un
problema muy serio que (y) nuestro partido ha pagado un alto precio por
esto en diferentes períodos hasta principios de la década de 1990 a
causa de los errores en la política de cooperación con fuerzas del
“centro”, fuerzas burguesas para hacer frente a la política antipopular
de partidos liberales, de la “derecha”.
La lógica del “mal menor” conduce a los
partidos comunistas a políticas peligrosas de apoyo a la
socialdemocracia en el nombre de restringir el poder electoral de la
“derecha”, asumiendo responsabilidades para la gestión de la política
antipopular de partidos socialdemócratas.
Conduce a algunos partidos comunistas a
ir a remolque de los partidos burgueses en el nombre de confrontar las
formaciones fascistas, ultraderechistas. Esta experiencia es muy
negativa.
De hecho, se perpetúa un
círculo vicioso que niega o restringe la independencia ideológica y
política de los partidos comunistas, que los desvía de la elaboración e
implementación de una línea revolucionaria firme, que utilizará las
batallas electorales como formas de lucha que no se separan de la lucha
de clases en general, de la lucha por la concentración de fuerzas, por
la conquista del poder.
No es un problema nuevo y cabe señalar la observación leninista que nos protege de errores.
“Hay que elegir entre el mal existente y
su rectificación más pequeña, porque la mayoría de los que están en
general disatisfechos con el mal existente están a favor de esta
“pequeña” rectificación. Después de haber logrado las pequeñas cosas se
facilitará nuestra lucha para las cosas grandes. Lo repetimos. Este es
el argumento básico, típico de todos los oportunistas en todo el mundo.
¿A qué conclusión conduce inevitablemente este argumento? A la
conclusión de que no se necesita ningún programa revolucionario, ni
partido revolucionario, ni táctica revolucionaria.” (Lenin “De nuevo
acerca de un gabinete salido de la Duma”)
En segundo lugar, el
criterio para juzgar a un partido no es si declara a sí mismo como de
“izquierda”, de “derecha”, de “centro” sino su programa, su posición
política ante el sistema de explotación, el gran capital, las uniones
imperialistas, la lucha de clases y su perspectiva.
El KKE no puede tener una cooperación
política, programática o electoral con partidos con los que no tiene
ninguna relación en cuanto al programa como es SYRIZA y la “Izquierda
Democrática” (DIMAR).
Estos partidos defienden el
capitalismo, la unión interestatal imperialista de la Unión Europea cuya
estrategia, políticas, medidas corresponden a los intereses del gran
capital, de las multinacionales. Se ha demostrado que se vuelven contra
los pueblos. Esta alianza depredadora no cambia, no importa que diga una
u otra fuerza oportunista en Grecia, no importa que diga el Partido de
la Izquierda Europea que fomenta ilusiones entre los trabajadores para
atraparles en la lógica de la “vía de sentido único de la UE”. SYRIZA y
la “Izquierda Democrática” defienden la coexistencia pacífica con el
capital y fomentan ilusiones de que se puede promover un “desarrollo”
que satisfaga ambas partes que tienen intereses opuestos desde el punto
de vista de clase como se ha demostrado.
Se trata de partidos que son hostiles
hacia el socialismo científico, que calumnian el socialismo que fue
construido en la Unión Soviética y los demás países socialistas.
El partido de la “Izquierda
Democrática” que viene de una escisión de SYRIZA desmintió muy pronto a
aquellos amigos del extranjero que lo clasificaban entre los aliados
potenciales del KKE. Este partido, después de obtener el voto del
pueblo, después de las elecciones ha cooperado con la ND y el PASOK en
el gobierno tripartito y participa en la implementación de la dura
política antipopular.
Sobre el papel que juegan estos
partidos, la referencia de Lenin en el prefacio de la traducción rusa
del folleto de W.Liebknecht en diciembre de 1906 bajo el título: “Ningún
compromiso, ningún acuerdo electoral” donde destaca entre otras cosas:
“Los atropellos estúpidos y crueles cometidos por los policías
políticos, las persecuciones que prevé la ley contra los socialistas, la
ley draconiana, la ley contra los partidos que defienden la revolución,
pueden evocar sentimientos de desprecio y lástima, pero es el enemigo
que nos ofrece la mano para un acuerdo electoral y entra entre nosotros
como un amigo y hermano, este enemigo, y sólo este, es el que le debemos
temer”… (porque) añadió Lenin, “los falsos amigos de los obreros
corrompen la conciencia clasista”.
En la práctica, la experiencia
acumulada por la política de los partidos y los gobiernos que participan
en la gestión burguesa independientemente de si utilizan el título
“izquierda”, “progresista” demuestra lo siguiente:
Ningún gobierno que gestiona el
capitalismo, el poder de los monopolios y la propiedad privada en los
medios de producción, ningún gobierno que implementa un programa que se
basa en las ganancias de los capitalistas, la competitividad, la
productividad y la rentabilidad de los grandes grupos empresariales no
puede seguir una política a favor de la clase obrera y de los sectores
populares.
No existe tal gobierno que
pueda controlar las leyes del sistema, sus contradicciones, impedir el
estallido de la crisis capitalista. Tarde o temprano las promesas de
“alivio” que dieron al pueblo se desinflarán, se demostrarán palabras
vanas y las expectativas para algo mejor darán su posición a la
desilusión del pueblo, al retroceso del movimiento obrero.
Por lo tanto, es de gran importancia
que el KKE mantiene una posición de principios y que rechaza la lógica
de la participación en un gobierno de gestión burguesa continuando l
lucha por todos los problemas populares, creando las condiciones para la
liberación de las cadenas de explotación.
Así que seguimos adelante dando más
énfasis en el reagrupamiento del movimiento obrero, en el
fortalecimiento del movimiento de clase, del PAME, en la mejora de la
acción y de la orientación militante de los sindicatos. Ponemos más
énfasis en la política de alianzas que hemos elaborado en el 15º
Congreso y en los congresos posteriores para la construcción de la
alianza sociopolítica, la construcción del Frente
Antimonopolista-Antiimperialista de lucha basado en la alianza de la
clase obrera con los campesinos pequeños y medianos y los sectores
pequeñoburgueses urbanos, con la participación de las mujeres y de los
jóvenes. Continuamos el esfuerzo para la creación de las condiciones
sociopolíticas que conducirán a la intensificación de la lucha por el
poder popular, por la retirada de la Unión Europea y la OTAN, la
cancelación unilateral de la deuda, la socialización de los medios de
producción concentrados, por el desarrollo a favor del pueblo.
Científicamente está confirmado por
nuestra teoría y práctica que solamente la solución de dos asuntos
cruciales, el del poder y el de la propiedad en los medios de
producción, solamente si la economía se desarrolla en base a la
planificación central, se puede abrir el camino para la utilización de
las capacidades productivas del país, para el desarrollo de la
industria, de la producción agrícola y de los demás sectores de la
economía teniendo como criterio las necesidades del pueblo.
Solamente en este caso es posible
resolver el problema del desempleo, garantizar servicios sociales
actualizados y gratuitos, asegurar la nutrición saludable del pueblo, la
protección del medio ambiente, la abolición de las bases de las crisis
capitalistas y de las rivalidades interimperialistas. Esta es la
posición del KKE y esta posición le da fuerza en la lucha diaria.
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