Por Odalys Buscarón Ochoa
Moscú, 9 sep (PL) El gubernamental partido Rusia Unida consiguió
imponerse en los comicios para la renovación de jefes de gobiernos
regionales, incluida la capital y la provincia homónima, pero
agrupaciones de la oposición extraparlamentaria lograron resultados
imprevistos.
Las votaciones simultáneas, fijadas para el 8 de septiembre por la
nueva ley electoral, transcurrieron en 80 de los 83 sujetos
administrativos de la Federación de Rusia, marcadas por una baja
asistencia a las urnas, a excepción de algunos territorios, y la
presencia en la liza de nuevas formaciones políticas.
En esta
primera edición de votación simultánea, pues hasta 2012 se celebraron en
marzo y octubre, debutaron con fuerza en las listas de candidatos a
distintos niveles los partidos Patriotas de Rusia y alianza
Verdes-Partido Popular; así como la coalición conservadora RPR-Parnas.
Liderada por el político prooccidental y empresario Boris Nemtsov (de
la extinta Unión de Fuerzas de Derecha), este último bloque logró
ingresar al Parlamento de la provincia de Yaroslavl, y colocar en una
porfía por la alcaldía de Moscú a su candidato Alexéi Navalni,
respaldado por el empresariado y con financiamiento externo.
En
una seria advertencia sobre la nueva correlación de fuerzas políticas,
el líder del partido Comunista de la Federación, Guennadi Ziuganov,
afirmó que, tras los resultados de Navalni, había nacido una oposición
de derecha.
De acuerdo con datos actualizados de la Comisión
Electoral Moscovita, el alcalde en funciones, Serguei Sobyanin, obtuvo
el 51,37 por ciento de los votos, equivalentes a un millón 193 mil 178
sufragios.
Sobyanin depuso el cargo anticipadamente a inicios de
junio para presentarse en los comicios, y decidió hacerlo como
candidato independiente, aunque sin faltarle el permanente apoyo de
Rusia Unida, el partido del primer ministro, Dmitri Medvedev.
Navalni, por su parte, se granjeó el segundo puesto con 27,24 por ciento
del electorado moscovita, indicador muy superior a los pronósticos de
expertos y estudios de opinión.
Según el escrutinio del ciento
por ciento de las boletas, el aspirante por el partido Comunista de la
Federación de Rusia, Iván Melnikov, consiguió 10,69 por ciento de
sufragios.
Con antelación a los comicios, el Centro de Estudios
de Opinión Social otorgó a Sobyanin preferencias de hasta 62,2 por
ciento de votos, y a Navalni, como máximo algo más de 15 puntos
porcentuales.
Una semana antes, el Fondo de Opinión Social
colocó las intenciones de votos en favor del bloguero opositor en 20 por
ciento; y el centro independiente Levada, en 18 por ciento.
Al
calor de los debates televisivos entre los contendientes, la mayoría de
los observadores consideró a Melnikov y a Nikolai Levichev (Rusia Justa)
como los rivales más fuertes del candidato oficialista.
De otro
lado, politólogos rusos consideran que la baja concurrencia a las urnas
funcionó como "la espada de Damocles" sobre los pretendientes, y de
cierta forma sobre el poder, por el cúmulo de insatisfacciones de la
población y preocupaciones irresueltas.
En opinión del
presidente del fondo de Política, en San Petersburgo, Mijail Vinogradov,
caló en la mente de las personas el estereotipo de que todo estaba
predeterminado de antemano, por lo que carecía de sentido acudir a las
elecciones.
Para el politólogo Mijail Remizov, la ausencia de una campaña política de Sobyanin fue la razón de un descenso en los votos.
Navalni, sin embargo, supo fragmentar al electorado y atraer a buena
parte de los jubilados y jóvenes, con promesas populistas, mediante una
activa propaganda impresa y por Internet.
En general, la fecha
escogida para el día único de votación, el segundo domingo de
septiembre, ha sido interpretada por observadores como una de las
razones de la baja asistencia a las urnas en toda Rusia.
No
obstante, el presidente del Centro de Tecnologías Políticas, Alexéi
Makarkin, aclaró en un debate en la agencia Ria Novosti que por
regularidad la concurrencia en los comicios regionales es inferior a las
parlamentarias y presidenciales.
Recordó que solo el pasado año fueron restituidas las votaciones para la elección de los gobernadores.
Según el titular del ente comicial moscovita, Valentin Gorbunov, la
asistencia a las urnas en la capital fue de 32,07 por ciento. En las
anteriores justas del 7 de diciembre de 2003 votó el 75,5 por ciento de
los electores, mientras que en las presidenciales de marzo de 2012, la
concurrencia llegó a 58,3 por ciento.
Los parlamentos de las
repúblicas autónomas de Ingushetia y Daguestán eligieron a los
presidentes Yunus-Bek Evkurov (para un segundo mandato), y Ramazan
Abdullatipov, respectivamente, una facultad prevista en la nueva ley, en
paralelo al sufragio universal establecido para los jefes de gobiernos
regionales.
Los resultados finales de la liza regional se
anunciarán mañana, pero ya es realidad que no habrá segundas vueltas en
la capital rusa y en la provincia de Moscú, donde se impusieron los
candidatos de Rusia Unida.
El predominio de la fuerza
gubernamental se hizo patente, según los reportes publicados, en los
parlamentos regionales y las asambleas municipales.
rc/oda
Prensa Latina
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Hay que agregar que lamentablemente el Partido Comunista de la Federación Rusa ha perdido apoyo de la población, incluso entre sus votantes más fieles que son los jubilados y personas de mayor edad que se han inclinado por el bloguero Alexéi Navalni que es apoyado por el empresario de derecha y pro-estadounidense Boris Nemtsov y que recibe fondos para sus campañas desde el exterior.
El Partido Comunista de la Federación Rusa ha obtenido una magra cosecha de votos en Moscú, donde apenas lo ha votado un 10% del electorado que se hizo presente ayer en los circuitos a depositar su voto que fue de un 32%, y no sólo obtuvo mala votación en Moscú si no en todas las grandes ciudades y regiones de Rusia, tan sólo habría obtenido un buen resultado con la obtención de la alcaldía de una pequeña población de Khanty-Mansi en el centro de Rusia.
Para el PCFR obtener tan sólo 250 mil votos en la capital Moscú donde había 7 millones de habilitados a sufragar puede tomarse como un fracaso, van a tener que cambiar la estrategía si pretenden ganar las próximas elecciones que serán dentro de algunos años, por el momento el PCFR ha pasado a ser la tercer fuerza no sólo en Moscú si no en varias regiones de Rusia dejando su lugar de oposición en manos de la derecha rusa que viene creciendo.
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