“Las grandes potencias juegan al ajedrez con Ucrania o la ex Yugoslavia como son sus peones”
En su suplemento del Domingo Humanité Dimanche, el francés L’Humanité publica la entrevista de Vadim Kamenka y Michaël Mélinar al cineasta franco-serbio Emir Kusturica. Parte de esa entrevista se centra en el conflicto de Ucrania y en las similitudes entre Ucrania y Yugoslavia en la lucha por el control de Eurasia.
¿Qué le inspiran los acontecimientos en Ucrania?
EK: La guerra humanitaria es en realidad
una legalización de la guerra. Wall Street depende de la guerra. El
valor psicológico de una acción depende de la manera en que se es
agresivo en algunas partes del mundo. Varias guerras, pequeñas en
tamaño, se desarrollan un poco por todas partes a lo largo del planeta. A
estas alturas, la opción de los conflictos de baja intensidad parece
estar agotada. Y Ucrania marca un punto de inflexión. Rusia ya no acepta
verse rodeada por la expansión continua de la OTAN. El ideólogo
estadounidense Zbigniew Brzezinski ha escrito extensamente sobre “el
reto de Eurasia,” capital a sus ojos, esto es, sobre el control y la
colonización de Rusia y del espacio exsoviético. Ucrania es, por tanto,
la primera etapa hacia el desmantelamiento imaginado por Brzezinski.
¿No le recuerda lo que sucedió en la antigua Yugoslavia?
En Kiev, la historia de los
francotiradores que abrieron fuego en la plaza Maidan se parece de
manera perturbadora a los acontecimientos de Sarajevo en 1992. Durante
el asedio de la ciudad, tiradores solitarios aterrorizaron a los
habitantes y nadie en Sarajevo sabía de dónde venían esos
francotiradores. Exactamente igual que en Kiev. Todavía no sabemos quién
abrió fuego contra los manifestantes y las fuerzas del orden. Hoy en
día, aparece otra verdad distinta de la impuesta por los medios de
comunicación. Esto es lo que trataba de describir mi película
“Underground”: otra realidad. Se hizo en 1995. Los dirigentes conocen la
verdad sobre estos dos eventos. Son incluso parte de los mismos y
tratan de abusar de nosotros fingiendo ser imbéciles. Las grandes
potencias juegan en un tablero de ajedrez donde Ucrania o la ex
Yugoslavia aparecen como peones. Se trata de una repetición de un
escenario que ocurrió en Yugoslavia y que llevó a su estallido por
intereses similares: la expansión de la OTAN y de la UE. La construcción
de la UE es responsable de los dos dramas. A fin de extenderse y
aumentar su influencia, divide a los estados para imponer su ley en los
territorios pequeños. Para mí, lo que es inaceptable es que las gentes
se acomodan. Afortunadamente, hay momentos de esperanza.
La llegada al poder de los comunistas en
Grecia forma parte de ellos. Su victoria es histórica y puede, como en
América Latina, suponer un verdadero impulso. Este fenómeno se repetirá
durante los próximos años. El ascenso de la extrema derecha y de los
partidos fascistas, o incluso nazis como en Ucrania donde están en el
poder, creará una resistencia para hacerle frente. El choque es
inevitable.
¿La histeria de la prensa con
respecto a Rusia y Putin le recuerda el tratamiento mediático contra los
serbios durante la guerra de Yugoslavia?
Eso fue el punto de partida. En 1992,
diversos actores sacaron a relucir algunos aspectos para crear un
ambiente propicio al conflicto. Luego legalizaron una intervención en
nombre de la ayuda humanitaria. Cualquier posibilidad de paz fue
descartada y Yugoslavia se desmembró a su voluntad, dejando a Slobodan
Milosevic como único responsable. Kosovo es un buen ejemplo de sus
mentiras y de su justicia aleatoria. ¡Apoyaron la separación de la
región en nombre del derecho de los pueblos, pero se oponen a ella en
Crimea! Los Estados Unidos y el campo atlantista imponen su verdad
porque se comportan como vencedores de la Guerra Fría. Piensan que han
triunfado sobre el marxismo y matado al comunismo.
Todos los acontecimientos que siguieron a
la caída del Muro de Berlín revelan las falsas promesas hechas a Mijaíl
Gorbachov acerca de la no extensión de la OTAN. Eso resume su
concepción de la diplomacia como forma de asegurar su supremacía. La
extensión de la órbita euroatlántica es imperativa. El siglo que viene,
para los Estados Unidos, será un punto de inflexión. El aumento de su
riqueza e influencia depende de su dominio del modelo liberal. Ese
modelo que han impuesto al resto del planeta por la vía de la
globalización se basa en la competición, la explotación y la
desigualdad. Esta competición, los Estados Unidos ya no podrán ganarla
indefinidamente ante el auge de las potencias emergentes. Al enfrentarse
a esa fase de declive, hacen trampas. Pero no habían previsto que
Eurasia se levantaría contra la dominación de euroatlantismo. La
proximidad geográfica cuenta y Rusia y China terminarán cooperando.
Entrevista original: Humanité Dimanche
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