La estrategia del movimiento comunista a través de la experiencia del KKE (Partido Comunista de Grecia)
Artículo de Giorgos Marinos, 
miembro del Buró Político del CC del KKE. Una versión reducida del 
artículo fue publicada en la revista alemana “Marxistische Blätter”, 
número 5 de 2012.
Es verdad es que cuando nos referimos a
 los problemas complejos que le conciernen al movimiento comunista y 
obrero, especialmente cuando se trata de problemas que tienen que ver 
con la estrategia de los partidos comunistas, la política de alianzas, 
es necesario mejorar el debate ideológico y político acerca de 
cuestiones sobre las que se expresan diferentes enfoques y desacuerdos. 
Así se plantearán argumentos, posiciones diferentes se pondrán a prueba 
en base a las experiencias reales, los principios marxistas-leninistas y
 la experiencia del movimiento comunista y obrero.
De esta manera se evitarán los 
aforismos, y la discusión o debate contribuirán para sacar conclusiones,
 destacar los elementos positivos en la estrategia y la táctica de los 
partidos comunistas o rechazar las posiciones erróneas y corregirlas.
Todo esto tiene un objetivo. 
Que el Movimiento Comunista establezca bases sólidas, revolucionarias y 
supere su crisis, que se vuelva capaz en la lucha por la organización de
 la clase obrera, por la construcción de la necesaria alianza 
sociopolítica, por conquistar un nivel más alto en el esfuerzo por 
reunir fuerzas con el objetivo de escalar el conflicto contra las 
fuerzas del capital, por derrocar la barbarie capitalista, por el 
socialismo.
Sin lugar a dudas, los partidos 
liberales y socialdemócratas así como los partidos que han renunciado a 
los principios de la cosmovisión marxista-leninista y se han deslizado 
por el camino de la conciliación de clases, del oportunismo, y han 
tomado claras posiciones. Han elegido el camino de defender y gestionar 
el capitalismo independientemente de las excusas y los pretextos que 
utilizan.
La cuestión es que los Partidos
 Comunistas que creen en los principios de la lucha de clases, en la 
necesidad histórica de la lucha por el derrocamiento del régimen de la 
explotación del hombre por el hombre, en la construcción de la nueva 
sociedad, el socialismo-comunismo, adapten su estrategia y táctica a 
estos objetivos que son la esencia y la razón de ser de un partido 
comunista, la mayor contribución posible a los intereses de la clase 
obrera y de los sectores populares.
1. El KKE ha asumido su 
responsabilidad. Avanza de manera medida y estudiada en un camino muy 
duro, saca experiencia de su historia, confronta sus debilidades y 
ajusta su estrategia y tácticas (que derivan de la estrategia) a las 
necesidades de concentración, educación y organización de fuerzas 
obreras y populares en los centros de trabajo y en los barrios en base a
 un objetivo no negociable: la ruptura con el gran capital y las uniones
 imperialistas por el derrocamiento del poder de los monopolios, el 
derrocamiento de las relaciones de producción explotadoras y su 
sustitución por el poder obrero y popular socialista, por las relaciones
 de producción socialistas.
El KKE hace muchos años atrás, en 1996 
en su 15º Congreso ajustó su estrategia y táctica a las nuevas 
necesidades que crea el desarrollo del capitalismo, la dominación y el 
fortalecimiento del capital monopolista, la asimilación de Grecia en las
 organizaciones imperialistas, en la Unión Europea y la OTAN.
A través del estudio de la 
situación objetiva, evaluando que en Grecia se han desarrollado (aún 
más) las relaciones capitalistas de producción y el capitalismo está en 
su fase superior imperialista (monopolista), llegó a la conclusión de 
que los requisitos materiales para el socialismo han madurado aún más. 
El Congreso mencionaba que en nuestra época, la época de transición del 
capitalismo al socialismo, la lucha de clases se dirige hacia la 
solución de la contradicción fundamental entre capital y trabajo. El 
cambio revolucionario en Grecia será socialista. Las fuerzas motrices de
 la revolución socialista serán la clase obrera como fuerza dirigente, 
los semiproletarios, los campesinos pobres y los sectores 
pequeñoburgueses populares rurales más oprimidos.
En esta base se estableció la línea 
antimonopolista antiimperialista de concentración y lucha como una 
herramienta, como medio para reunir fuerzas, como base para la política 
de alianzas del partido y su actividad en el movimiento obrero y popular
 con el objetivo de resolver la cuestión fundamental del poder, 
conquistar el poder popular que creará la base económica cuya 
característica básica será la socialización de los medios de producción 
concentrados y la planificación central.
En este sentido se han hecho los 
ajustes necesarios en los tres congresos siguientes enriqueciendo la 
estrategia y la táctica del partido. Esta característica es 
particularmente evidente en el 18º Congreso en 2009 que enriqueció la 
estrategia del KKE con la utilización de la resolución especial sobre 
las causas y los factores que llevaron al derrocamiento del socialismo, 
sobre todo en base a la experiencia de la Unión Soviética.
Es obvio que el KKE al ajustar su 
estrategia a las nuevas necesidades de la lucha de clases, ha superado 
la lógica de las “etapas” que fue un rasgo característico de la 
estrategia del movimiento comunista de las décadas anteriores y todavía 
se mantiene en los programas de muchos partidos comunistas.
La resolución del KKE se justifica por 
la realidad objetiva que resalta que no existe un sistema socioeconómico
 intermedio (es decir entre el capitalismo y el socialismo-comunismo) y 
por lo tanto no existe un poder intermedio.
La lógica de la etapa intermedia se 
refiere a una situación transitoria que independientemente de la 
correlación de fuerzas que puede expresarse a través del mejoramiento de
 la posición de un Partido Comunista en las elecciones parlamentarios no
 puede solucionar los dos problemas cruciales que tienen que ver con el 
poder y con la propiedad en los medios de producción.
Sin duda, sin el derrocamiento 
revolucionario, el poder, los medios de producción y la riqueza que 
producen los trabajadores permanecerán en manos de la burguesía; no 
existirán (objetivamente) las condiciones para la satisfacción de las 
necesidades populares, se perpetuará la explotación capitalista y por lo
 tanto esta situación será de duración corta; se acumularán problemas 
para el pueblo y el Partido Comunista será expuesto, atrapado en el 
círculo vicioso de incorporación en el sistema.
La nueva estrategia del KKE, a pesar de
 las dificultades creadas por el período de la contrarrevolución y la 
restauración del capitalismo en la Unión Soviética y los demás Estados 
socialistas, a pesar de las consecuencias de la crisis interna del 
partido y de la escisión en 1990-1991, ha dado un gran impulso a su 
lucha.
Ha ganado nuevas posiciones en los 
sindicatos y otras organizaciones del movimiento popular y de masas. Ha 
desarrollado sus lazos con la clase obrera, con el campesinado, con las 
capas medias urbanas. Ha dado pasos importantes en la construcción 
partidista, en el desarrollo de la actividad en la juventud, la Juventud
 Comunista de Grecia se vio fortalecida. El partido ha adquirido una 
presencia parlamentaria esencial y ha contribuido al esfuerzo de 
reagrupar el movimiento comunista internacional y confrontar su crisis 
ideológica, política y organizativa.
Somos muy conscientes del debate y de 
los argumentos que se utilizan contra la dirección estratégica del KKE y
 planteamos nuestros argumentos en el debate y para reflexión tratando 
de destacar los elementos objetivos que llevan a esta opción.
El capitalismo es un sistema 
históricamente anticuado que ningún modo de gestión no le puede dar un 
rostro humano. Estamos hablando de la gestión liberal y socialdemócrata 
tradicional así como de la que se presenta como “de izquierda”, “de la 
nueva izquierda”, “progresista” etc. y ha provocado discusiones en el 
movimiento comunista.
No estudiamos las intenciones, más aún 
en los casos en los que el bloque de fuerzas que han llevado a cabo 
responsabilidades gubernamentales en sus países incluye partidos 
comunistas con los que el KKE mantiene en general buenas relaciones 
bilaterales.
Centramos nuestra atención en las 
propias leyes del sistema. En la ley fundamental de adquisición de 
plusvalía, de trabajo no remunerado y ganancia para los monopolios que 
son el corazón de la naturaleza de explotadora del capitalismo y no 
cambia por ninguna gestión cualquiera que sea su denominación. Esta ley,
 independientemente de las fórmulas de la política implementada, 
determina el carácter explotador de la economía.
Centramos nuestra atención en la 
agudización de la contradicción fundamental, la contradicción entre el 
carácter social de la producción y del trabajo (por un lado) que pone en
 movimiento a millones de obreros, trabajadores que producen la riqueza y
 (por otro lado) la apropiación privada capitalista de los resultados de
 este proceso que hoy en día está a niveles aún mayores que antes y 
tiene su base en el poder del capital y en su propiedad en los medios de
 producción.
Es justamente esta contradicción que 
conduce a las crisis capitalistas, que hace que el sistema sea más y más
 agresivo y reaccionario. Esto es lo que demuestra la experiencia 
reciente de la crisis capitalista que ha afectado a Grecia, España, 
Italia, Portugal, Irlanda y otros Estados de la Unión Europea así como 
los EE.UU., Japón y otros países capitalistas según la fase del ciclo en
 que se encuentra cada país.
Esta contradicción no puede ser 
superada por ninguna fórmula de gestión del sistema y la subestimación 
de la contradicción fundamental en el nombre de las “particularidades 
nacionales” atrapa a algunos partidos comunistas en posiciones 
equivocadas.
Centramos nuestra atención en la 
agresividad imperialista y la agudización de las contradicciones 
interimperialistas sobre el control de las materias primas, la 
distribución de los mercados y de las esferas de influencia que 
constituyen la base para el estallido de las guerras imperialistas. Esto
 no tiene que ver solamente con la experiencia histórica de las épocas 
anteriores, no se limita a la Primera y Segunda Guerra Mundial. Está 
relacionado con decenas de guerras locales y regionales, las guerras que
 hemos experimentado recientemente en Yugoslavia, Afganistán, Irak y 
Libia. Está relacionado con la intervención en los asuntos internos de 
Siria, las amenazas contra Irán, el peligro de una guerra imperialista 
generalizada en el Mediterráneo Oriental, en el Golfo Pérsico, en la 
amplia región.
Estas contradicciones no pueden ser 
superadas por ninguna fórmula de gestión burguesa. La aproximación 
distorsionada no-clasista de las relaciones internacionales conduce al 
atrapamiento en lógicas sin salida de la “democratización” de las 
uniones y los organismos imperialistas, de la OTAN, la UE, a la quimera 
del llamado “mundo multipolar”, incluso a la degeneración de la 
participación en gobiernos que llevaron a cabo guerras imperialistas 
(como por ejemplo en Yugoslavia) o, más recientemente, a la 
justificación y apoyo de la guerra imperialista contra Libia (véase la 
postura de algunos europarlamentarios de GUE-NGL).
La posición de que el capitalismo es un
 sistema históricamente anticuado no tiene que ver sólo con Grecia u 
otros Estados capitalistas con una posición intermedia en el sistema 
imperialista que han sido fuertemente afectados por la crisis. Tiene que
 ver en general con el sistema incluyendo los Estados capitalistas 
desarrollados, más poderosos que tienen como rasgo característico el 
alto grado de explotación de la fuerza de trabajo (debido al crecimiento
 de la productividad del trabajo) y la alta rentabilidad de los 
monopolios. En estos Estados también (p.e. EE.UU., Alemania, Francia, 
Gran Bretaña, Japón etc.) la debilidad de satisfacer las necesidades 
populares es indiscutible; la tasa de desempleo sigue siendo alta, se 
eliminan derechos laborales y de seguridad social, se recortan los 
salarios y las pensiones, se comercializan los servicios sociales.
¿Cuál es la respuesta a esta 
situación desde el punto de vista de los intereses de la clase obrera y 
de los sectores populares, desde el punto de vista del progreso social?
La respuesta es el desarrollo de la lucha de clases. El
 desarrollo de la lucha ideológica, política y de masas por el 
derrocamiento de la barbarie capitalista, de las crisis, de las guerras,
 del desempleo que afecta a millones de trabajadores, de la pobreza.
El desarrollo de la lucha de clases, en
 primer lugar a nivel nacional, allí donde se manifiesta de manera clara
 y directa la contradicción entre capital y trabajo. Así como con la 
coordinación esencial a nivel internacional con los partidos comunistas,
 revolucionarios como protagonistas y con las fuerzas sociales que 
tienen interés en luchar contra los monopolios, el capitalismo y las 
uniones imperialistas.
La respuesta es la lucha por el
 socialismo. Esto no es un asunto académico; no es un asunto más. Es la 
cuestión fundamental y dominante que determina todo lo demás. Es decir, 
no es suficiente la referencia al concepto del socialismo en el 
programa, en los documentos de un Partido Comunista o la aceptación de 
la necesidad y la vigencia del socialismo. Generalmente, esto se hace 
pero es de poco valor cuando otras opciones programáticas aíslan la 
lucha por el socialismo y cuando la táctica que se determina es parcial y
 deriva de un objetivo intermedio para la gestión del sistema.
La cuestión fundamental es la 
lucha por el socialismo y las exigencias de esta, para que esta lucha 
determine en la práctica la orientación en el movimiento obrero, en el 
marco político que plantean los comunistas en la lucha contra la 
explotación capitalista, las demandas, los objetivos de lucha, la 
construcción de la unidad clasista de la clase obrera, la política de 
alianzas, las elaboraciones del partido sobre los problemas populares.
Así se sentarán en el banquillo de 
acusado el sistema de explotación, las fuerzas del capital y sus 
representantes políticos, se promoverá la solución que no es de modo 
general y vago el “desarrollo”, la “democracia”, el “progreso social” 
sino el desarrollo (socialista) que tiene como criterio la satisfacción 
de las necesidades populares sin los capitalistas y la ganancia 
capitalista, con la riqueza en manos de los trabajadores que la 
producen.
Sólo en este caso, en un ambiente muy 
hostil donde los capitalistas y el estado burgués que utilizan los 
medios más modernos de manipulación, intimidación, represión y el 
oportunismo está llevando a cabo un intento organizado de desgaste de 
conciencias se puede alimentar el desarrollo de la conciencia obrera y 
popular, se puede preparar y madurar el factor subjetivo para que 
corresponda (tanto como es posible) con las necesidades de la lucha de 
clases. Esto dará un impulso a la lucha de los trabajadores para decidir
 a tomar parte en la acción y en las condiciones más difíciles, a 
enfrentarse con sus adversarios de clase al lado del partido 
revolucionario.
Al contrario, (si no se da esta 
batalla) la clase obrera, los sectores populares pobres cuyos intereses 
(objetivamente) están en dirección opuesta al capitalismo, aceptarán el 
sistema explotador como única solución y serán atrapados en los 
diferentes tipos de gestión y desarmados.
Algunos camaradas dicen: “La 
correlación de fuerza es negativa, no podemos hablar de derrocamiento 
del sistema, por el socialismo.”
Respondemos decisivamente. Esta 
aproximación está equivocada. Es cierto que la revolución socialista no 
está en la agenda en este momento, no se han desarrollado las 
condiciones previas para la situación revolucionaria que es un 
desarrollo objetivo y tiene que ver con la crisis política profunda en 
que se manifestará lo que dijo Lenin en “La quiebra de la Segunda 
Internacional”, es decir que los de “arriba” no pueden gobernar como 
antes y los de “abajo” no toleran ser gobernados como antes.
Sin embargo, esto no significa que los 
comunistas “cruzarán las manos” y buscarán sustitutos para la gestión en
 la lógica del “mal menor”. El deber de los comunistas es hacer un 
esfuerzo continuo y combativo para organizar a la clase obrera, cambiar 
la correlación de fuerzas en el movimiento obrero y popular primero y no
 sólo en los procesos parlamentarios. Este cambio de la correlación de 
fuerzas (que no es inmutable) tendrá elementos clasistas cualitativos y 
será la solución alternativa real que preparará a la clase obrera para 
las confrontaciones difíciles.
En todo caso, la necesidad del 
socialismo no está determinada por la correlación de fuerzas. Ni tampoco
 nuestra época, que es la época de transición del capitalismo al 
socialismo, ha cambiado debido a los cambios contrarrevolucionarios. Lo 
que determina, que ha determinado también los sistemas socio-económicos 
precapitalistas anteriores, es la maduración de las condiciones 
materiales para la construcción de un sistema socioeconómico cada vez 
superior, la agudización de las contradicciones que rigen el sistema 
viejo. Es la agudización de la contradicción entre las fuerzas 
productivas y las relaciones de producción obsoletas que destruyen o 
impiden el desarrollo de las fuerzas productivas.
Hoy en día, el factor 
determinante es la falta de correspondencia entre el carácter social de 
la producción y del trabajo con la propiedad social sobre los medios de 
producción. Esta es la base que da lugar a la necesidad de luchar por el
 socialismo.
El KKE no subestima las dificultades de
 la lucha de clases y los desarrollos complejos que tienen que 
confrontar los partidos comunistas a nivel internacional. Seguimos con 
gran atención, por ejemplo, los desarrollos en América Latina y siempre 
expresamos nuestra solidaridad con la lucha de los partidos comunistas. 
Estudiamos los procesos en los pueblos, la trayectoria de los gobiernos 
que han sido elegidos con lemas de solución de los problemas populares y
 de esta experiencia sacamos conclusiones teniendo como criterio la 
política implementada, su carácter clasista y, por supuesto, su postura 
sobre dos cuestiones básicas.
El carácter del poder y de la propiedad de los medios de producción
En esta base cabe señalar que la 
alteración y la subestimación de estas dos cuestiones básicas y la 
sustitución del socialismo científico por la lógica del llamado 
“socialismo del siglo 21”, promovido por fuerzas socialdemócratas, 
significa atrapamiento en la ilusión de un “capitalismo humanizado” y 
desarmamiento de la lucha de la clase obrera.
La necesidad de derrocamiento del 
capitalismo fue planteada por los teóricos de nuestra cosmovisión en el 
“Manifiesto del Partido Comunista” y a continuación.
Se planteó más urgentemente en los años
 posteriores utilizando la experiencia de la primera revolución 
proletaria, la “Comuna de París”.
El siguiente extracto del prólogo que escribió Engels en 1888 en el discurso de Marx sobre el Libre Comercio es característico.
“La miseria de grandes masas de la 
población como consecuencia de la sobreproducción que genera tanto 
excesos periódicos y repulsiones, acompañados por el pánico, o bien un 
estancamiento del comercio, la división de la sociedad en una pequeña 
clase de capitalistas grandes y en una grande clase prácticamente de 
esclavos asalariados hereditarios, proletarios, que mientras su número 
aumenta constantemente están siendo reemplazados por las nuevas máquinas
 que ahorran trabajo humano, en pocas palabras, la sociedad llega a un 
camino sin salida del cual la única manera de salir es la transformación
 completa de toda la estructura económica que forma su base”.
La Gran Revolución Socialista de 
Octubre, su carácter socialista, en los principios del siglo 20, en un 
país capitalista atrasado con numerosas capas agrícolas, 
pequeñoburguesas respondió prácticamente a la búsqueda de los 
revolucionarios de aquel período y refutó a los partidarios del 
oportunismo.
La derrota de la revolución de 1905, el
 ataque zarista y la represión fueron combatidos decisivamente. El 
partido bolchevique bajo la guía de Lenin fue reagrupado, adquirió la 
estrategia y tácticas necesarias, continuó en condiciones desfavorables 
la preparación para el derrocamiento revolucionario no sólo del 
absolutismo feudal sino además del poder burgués.
Lenin y los bolcheviques no eligieron 
el “mal menor”, no “se atraparon” en la búsqueda de soluciones de 
gestión, no trataron como absoluta la correlación de fuerzas negativa 
que poco tiempo antes de la revolución de octubre fue negativa para los 
bolcheviques y a favor de los oportunistas en los Soviets y en las 
elecciones para la Asamblea Constituyente.
Lo dejaron absolutamente claro: “Ningún
 apoyo al Gobierno Provisional” como dijo Lenin en las Posiciones de 
Abril de 1917. “El paso del poder estatal de las manos de una clase a 
manos de otra clase es la primera, principal, básica característica de 
la revolución, tanto en el sentido estrictamente científico como en el 
sentido prácticamente político.”
Mencionamos estas cosas tomando en 
cuenta el debate que se está celebrando en el movimiento comunista sobre
 este período, reiterando que el elemento fundamental es el cambio de la
 clase en el poder y esto se hace solamente a través de la vía 
revolucionaria como lo ha demostrado su larga experiencia histórica que 
nos puede proteger de las ilusiones parlamentarias. Tomando en cuenta 
que nunca y en ningún país no se produjo un derrocamiento de régimen de 
explotación a través de procesos parlamentarios.
Los clásicos se referirían al 
derrocamiento del capitalismo y a la necesidad del socialismo a finales 
del siglo 19, a principios del siglo 20 y hoy en día, cuando las 
condiciones materiales han madurado a un grado sin precedentes no 
tenemos el derecho de retirarnos de esta posición.
Algunos camaradas dicen: “Las 
condiciones cambian de un país a otro”. Por supuesto, la ley de 
desarrollo desigual da lugar a diferencias en el nivel de desarrollo del
 capitalismo; puede haber diferencias en la estructura social de cada 
sociedad capitalista, diferente nivel de madurez de la conciencia de la 
clase obrera, diferencias en la correlación de fuerzas. Cada Partido 
Comunista toma en cuenta (debe tomar en cuenta) estos elementos al 
elaborar su estrategia y tácticas, su política de alianzas. Sin embargo,
 existen algunas reglas generales, algunos principios fundamentales que 
siempre que sean violados llevaron a la desviación, llegando hasta el 
llamado “Eurocomunismo” que violó y abolió todos los principios 
revolucionarios en el nombre de la particularidad nacional. El 
desarrollo del capitalismo, el surgimiento global de los monopolios es 
el problema principal que determina el hecho de que el sistema está en 
su última fase, la fase imperialista y destaca que han madurado las 
condiciones materiales para la construcción del nuevo sistema, el 
socialismo-comunismo.
En las obras clásicas de nuestra 
cosmovisión se analizó hace muchos años la esencia de la cuestión de las
 particularidades nacionales. Es muy útil la referencia clásica de 
Engels que señaló en 1887 en el prefacio de la edición estadounidense de
 la obra “La situación de la clase obrera en Inglaterra” que: “Las 
causas que han cavado el abismo entre la clase obrera y la clase 
capitalista son las mismas en Estados Unidos y en Europa. Los medios de 
llenar este abismo son los mismos en todas partes. Consecuentemente, el 
programa del proletariado norteamericano deberá coincidir a la larga, en
 cuanto al supremo objetivo a alcanzar, con aquel que ha llegado a ser 
luego de sesenta años de disensiones y debates el programa adoptado por 
la gran masa del proletariado militante de Europa. Deberá 
proclamar, como fin supremo, la conquista del poder político por la 
clase obrera a fin de efectuar la apropiación directa de todos los 
medios de producción –suelo, ferrocarriles, minas, máquinas etc- por 
toda la sociedad y su realización por todos y para beneficio de todos”.
2. El KKE estudia y aprende de la 
experiencia internacional del movimiento comunista, obrero así como de 
su propia trayectoria histórica. Los errores más importantes que tienen 
un alto precio, están relacionados con el abandono de la independencia 
ideológica, política y organizativa del partido comunista en formaciones
 de cooperación, coaliciones y hay muchos ejemplos de este tipo en el 
movimiento comunista. Ejemplos que llevaron a retrocesos para muchos 
años, a la asimilación o incluso a la disolución de partidos comunistas.
La política de alianzas es una política
 de importancia estratégica, determinada por la línea básica, 
estratégica y esto es un elemento que requiere consistencia 
revolucionaria. Cualquier desviación de este deber en nombre de 
maniobras, de réditos electorales temporales etc conduce hacia atrás, 
cancela todo lo que había logrado el partido comunista en el período 
anterior, pone en riesgo su propia existencia revolucionaria.
Destacamos este hecho teniendo en 
cuanta el debate, la confrontación con respecto a la posición del KKE en
 las elecciones parlamentarias recientes en Grecia en mayo y junio de 
2012.
No vamos a ocuparnos de las 
calumnias sobre sectarismo. El KKE había respondido con su actividad 
diaria, con las posiciones importantes que ha obtenido en el movimiento 
obrero y popular, con su papel de liderazgo en las numerosas 
confrontaciones clasistas, en decenas de huelgas, sentadas y 
manifestaciones, con el impacto de sus posiciones, su prestigio y el 
papel que desempeña en la vida política del país que supera con creces 
su influencia en las elecciones.
Pero debemos informar a los 
lectores que la calumnia sobre el sectarismo se lanza sobre todo por los
 enemigos políticos de clase, incluyendo a los vehículos del 
oportunismo, que no pueden llevar el KKE bajo su control y ponerlo en el
 camino del “realismo de sumisión” y de la reconciliación clasista.
Estas fuerzas habrían elogiado 
el KKE si hubiera traicionado a la clase obrera, si hubiera traicionado a
 nuestro pueblo y hubiera seguido una línea de abandono de la lucha por 
el socialismo, si hubiera dejado de condenar la Unión Europea 
abandonando la posición de retirada de la alianza depredadora de la UE y
 de la OTAN, si hubiera decidido participar en un gobierno de gestión 
del sistema. 
Por lo tanto, hemos centrado nuestra 
atención sobre las fuerzas que representan a partidos comunistas y abren
 un frente ideológico tan superficial –realmente muy superficial- contra
 el KKE, que lo reconsideren porque quedarán expuestos.
No estamos hablando de una crítica 
justificada, ni de un conflicto ideológico y político con argumentos. 
Esto es admisible y necesario. Hablamos de los golpes solapados, de los 
ataques calumniosos que distorsionan las posiciones del KKE y utilizan 
argumentos de nuestros enemigos para estigmatizar la lucha por el 
derrocamiento del capitalismo, por el socialismo (porque de esto se 
trata en realidad), con la calumnia sobre el sectarismo.
Cada partido, cada cuadro debe asumir sus responsabilidades.
Nuestro partido ha llamado a las 
fuerzas que han apoyado SYRIZA en las elecciones, abiertamente con 
visitas en Grecia o de forma cubierta, contra el KKE a decir a los 
miembros de los partidos comunistas y a los trabajadores en general toda
 la verdad.
Por ejemplo:
Deben decirles que el 
denominador común de la política de la ND, del PASOK, de SYRIZA y de los
 demás partidos excepto el KKE es el apoyo a la UE, la unión 
interestatal imperialista que implementa una estrategia antipopular, 
como se ha demostrado, y tiene como criterio de su consolidación y 
desarrollo los intereses de los grupos monopólicos y de las 
multinacionales.
Deben decirles que una
 parte de la burguesía, grupos económicos fuertes que controlan los 
periódicos y otros medios de comunicación así como la radio y la 
televisión estatales han apoyado SYRIZA decisivamente mientras que el 
presidente de los industriales griegos hizo una propuesta para la 
formación de un gobierno de concordia nacional con la participación de 
este partido.
Deben decirles que 
durante el curso del proceso electoral y sobre todo después de las 
elecciones de 6 de mayo SYRIZA abandonó incluso a su fraseología con 
respecto a la cancelación de los memorandos y de los contratos de 
préstamo, la nacionalización de empresas etc y ajustó su programa 
plenamente a las necesidades de la gestión burguesa.
Deben decirles que una
 gran parte de los cuadros más corruptos del PASOK en las autoridades 
regionales, los municipios, los sindicatos, en el aparato estatal 
desempeñaron un papel principal en la manipulación de las fuerzas 
populares, de los votantes del PASOK a favor de SYRIZA. Que está en 
desarrollo un plan de reagrupamiento de la socialdemocracia, teniendo 
como núcleo este partido, ya que se ha demostrado útil para la burguesía
 para erosionar la conciencia radical a favor de la “vía de sentido 
único de la UE”, el ataque y control del movimiento obrero.
Deben decirles que en
 vísperas de las elecciones, en el encuentro con los embajadores de los 
G20 en Grecia, SYRIZA dio a los EE.UU. y a la OTAN sus garantías.
Es importante informar a los miembros y
 los amigos de los partidos comunistas, a los trabajadores un 
acontecimiento que tuvo lugar después de las elecciones.
El KKE ha presentado en el Parlamento 
un proyecto de ley para la cancelación de los contratos de préstamo, los
 memorandos y las leyes de aplicación, para la abolición de las medidas 
antipopulares en su conjunto. Este proyecto de ley ha sido discutido en 
el movimiento obrero y popular y tiene un amplio apoyo. SYRIZA se ha 
encontrado en una situación incómoda porque en realidad ha entrado en el
 bloque de las fuerzas de “renegociación” con la Unión Europea en el 
nombre del realismo de la sumisión.
El ataque contra el KKE por las fuerzas
 del oportunismo de derecha y de izquierda no nos ha sorprendido. Es un 
elemento de la confrontación ideológica y política. El KKE no fue 
sorprendido ni siquiera por la postura del Partido de la Izquierda 
Europea (PIE). El PIE fue establecido en base a las direcciones de la 
Unión Europea, del “Tratado de Maastricht”, de la estrategia del 
capital. Aceptó los términos y las condiciones planteados por la Unión 
Europea. Defiende el centro imperialista europeo, está a favor de la 
cooperación de clases y del consenso social; evita como la peste la 
lucha por el socialismo.
Los y las comunistas, los trabajadores deben examinar las posiciones de cada partido y sacar sus propias conclusiones.
El Comité Central del KKE ha analizado 
con un gran sentido de responsabilidad el resultado electoral que fue 
negativo para el partido y el pueblo. Se han organizado discusiones 
esenciales tanto dentro del partido así como con amigos y simpatizantes.
 Se ha discutido la táctica electoral, las deficiencias, los retrasos y 
las insuficiencias que se han observado. Se hicieron unas observaciones 
muy útiles y se elaboró un plan de actividades para el período próximo.
El Comité Central, los órganos de 
dirección de las organizaciones, los miembros y los amigos del KKE 
confirmaron que la posición del Partido, es decir el rechazo de 
participación en un gobierno de gestión burguesa con SYRIZA o con otras 
fuerzas, fue correcta y necesaria.
Las fuerzas y los amigos del partido 
defienden la posición que subraya que un partido revolucionario no puede
 tener dos caras, una cara en la acción diaria y otra en las elecciones.
 Que no puede luchar diariamente para la concentración de fuerzas por el
 poder y en las elecciones arruinar este trabajo y hablar de un gobierno
 de gestión para satisfacer las expectativas de las masas populares para
 una solución “fácil” pero sin salida.
Las fuerzas y los amigos del partido defienden la línea política que siguió el KKE en las elecciones.
Una línea política que incluye 
la condena de la política antipopular de los contratos de préstamo y de 
los memorandos, la retirada de la Unión Europea y la cancelación 
unilateral de la deuda con el poder popular. Esta posición es el núcleo 
de la actividad del partido en este período porque es la respuesta a los
 acontecimientos que se han desarrollado, es la respuesta a las 
necesidades de la lucha de clases desde el punto de vista de los 
intereses de la clase obrera y de los sectores populares.
El problema principal que ha surgido y 
es una experiencia importante para el movimiento comunista internacional
 es si un partido comunista participa o no en un gobierno de gestión 
burguesa independientemente de si aparece con el nombre “de izquierda”, 
“progresista” etc.
La decisión que tomó el KKE, la 
decisión de rechazar la participación en un gobierno de gestión del 
capitalismo tomó en consideración que esto podría llevar una pérdida de 
votos. Esto se debe a que en condiciones de un ataque anti-KKE muy bien 
organizado, en condiciones de una crisis capitalista profunda, de alto 
desempleo, pobreza e inseguridad surge la lógica del “mal menor”, las 
fuerzas populares buscan una solución inmediata que contribuirá a 
aliviar los problemas agudos.
Sin embargo, el KKE ha mantenido una posición de principios y quisiéramos señalar lo siguiente:
En primer lugar, es 
necesario luchar contra la lógica del “mal menor”. Se trata de un 
problema muy serio que (y) nuestro partido ha pagado un alto precio por 
esto en diferentes períodos hasta principios de la década de 1990 a 
causa de los errores en la política de cooperación con fuerzas del 
“centro”, fuerzas burguesas para hacer frente a la política antipopular 
de partidos liberales, de la “derecha”.
La lógica del “mal menor” conduce a los
 partidos comunistas a políticas peligrosas de apoyo a la 
socialdemocracia en el nombre de restringir el poder electoral de la 
“derecha”, asumiendo responsabilidades para la gestión de la política 
antipopular de partidos socialdemócratas.
Conduce a algunos partidos comunistas a
 ir a remolque de los partidos burgueses en el nombre de confrontar las 
formaciones fascistas, ultraderechistas. Esta experiencia es muy 
negativa.
De hecho, se perpetúa un 
círculo vicioso que niega o restringe la independencia ideológica y 
política de los partidos comunistas, que los desvía de la elaboración e 
implementación de una línea revolucionaria firme, que utilizará las 
batallas electorales como formas de lucha que no se separan de la lucha 
de clases en general, de la lucha por la concentración de fuerzas, por 
la conquista del poder. 
No es un problema nuevo y cabe señalar la observación leninista que nos protege de errores.
“Hay que elegir entre el mal existente y
 su rectificación más pequeña, porque la mayoría de los que están en 
general disatisfechos con el mal existente están a favor de esta 
“pequeña” rectificación. Después de haber logrado las pequeñas cosas se 
facilitará nuestra lucha para las cosas grandes. Lo repetimos. Este es 
el argumento básico, típico de todos los oportunistas en todo el mundo. 
¿A qué conclusión conduce inevitablemente este argumento? A la 
conclusión de que no se necesita ningún programa revolucionario, ni 
partido revolucionario, ni táctica revolucionaria.” (Lenin “De nuevo 
acerca de un gabinete salido de la Duma”)
En segundo lugar, el 
criterio para juzgar a un partido no es si declara a sí mismo como de 
“izquierda”, de “derecha”, de “centro” sino su programa, su posición 
política ante el sistema de explotación, el gran capital, las uniones 
imperialistas, la lucha de clases y su perspectiva.
El KKE no puede tener una cooperación 
política, programática o electoral con partidos con los que no tiene 
ninguna relación en cuanto al programa como es SYRIZA y la “Izquierda 
Democrática” (DIMAR).
Estos partidos defienden el 
capitalismo, la unión interestatal imperialista de la Unión Europea cuya
 estrategia, políticas, medidas corresponden a los intereses del gran 
capital, de las multinacionales. Se ha demostrado que se vuelven contra 
los pueblos. Esta alianza depredadora no cambia, no importa que diga una
 u otra fuerza oportunista en Grecia, no importa que diga el Partido de 
la Izquierda Europea que fomenta ilusiones entre los trabajadores para 
atraparles en la lógica de la “vía de sentido único de la UE”. SYRIZA y 
la “Izquierda Democrática” defienden la coexistencia pacífica con el 
capital y fomentan ilusiones de que se puede promover un “desarrollo” 
que satisfaga ambas partes que tienen intereses opuestos desde el punto 
de vista de clase como se ha demostrado.
Se trata de partidos que son hostiles 
hacia el socialismo científico, que calumnian el socialismo que fue 
construido en la Unión Soviética y los demás países socialistas.
El partido de la “Izquierda 
Democrática” que viene de una escisión de SYRIZA desmintió muy pronto a 
aquellos amigos del extranjero que lo clasificaban entre los aliados 
potenciales del KKE. Este partido, después de obtener el voto del 
pueblo, después de las elecciones ha cooperado con la ND y el PASOK en 
el gobierno tripartito y participa en la implementación de la dura 
política antipopular.
Sobre el papel que juegan estos 
partidos, la referencia de Lenin en el prefacio de la traducción rusa 
del folleto de W.Liebknecht en diciembre de 1906 bajo el título: “Ningún
 compromiso, ningún acuerdo electoral” donde destaca entre otras cosas: 
“Los atropellos estúpidos y crueles cometidos por los policías 
políticos, las persecuciones que prevé la ley contra los socialistas, la
 ley draconiana, la ley contra los partidos que defienden la revolución,
 pueden evocar sentimientos de desprecio y lástima, pero es el enemigo 
que nos ofrece la mano para un acuerdo electoral y entra entre nosotros 
como un amigo y hermano, este enemigo, y sólo este, es el que le debemos
 temer”… (porque) añadió Lenin, “los falsos amigos de los obreros 
corrompen la conciencia clasista”.
En la práctica, la experiencia 
acumulada por la política de los partidos y los gobiernos que participan
 en la gestión burguesa independientemente de si utilizan el título 
“izquierda”, “progresista” demuestra lo siguiente:
Ningún gobierno que gestiona el
 capitalismo, el poder de los monopolios y la propiedad privada en los 
medios de producción, ningún gobierno que implementa un programa que se 
basa en las ganancias de los capitalistas, la competitividad, la 
productividad y la rentabilidad de los grandes grupos empresariales no 
puede seguir una política a favor de la clase obrera y de los sectores 
populares.
No existe tal gobierno que 
pueda controlar las leyes del sistema, sus contradicciones, impedir el 
estallido de la crisis capitalista. Tarde o temprano las promesas de 
“alivio” que dieron al pueblo se desinflarán, se demostrarán palabras 
vanas y las expectativas para algo mejor darán su posición a la 
desilusión del pueblo, al retroceso del movimiento obrero.
Por lo tanto, es de gran importancia 
que el KKE mantiene una posición de principios y que rechaza la lógica 
de la participación en un gobierno de gestión burguesa continuando l 
lucha por todos los problemas populares, creando las condiciones para la
 liberación de las cadenas de explotación.
Así que seguimos adelante dando más 
énfasis en el reagrupamiento del movimiento obrero, en el 
fortalecimiento del movimiento de clase, del PAME, en la mejora de la 
acción y de la orientación militante de los sindicatos. Ponemos más 
énfasis en la política de alianzas que hemos elaborado en el 15º 
Congreso y en los congresos posteriores para la construcción de la 
alianza sociopolítica, la construcción del Frente 
Antimonopolista-Antiimperialista de lucha basado en la alianza de la 
clase obrera con los campesinos pequeños y medianos y los sectores 
pequeñoburgueses urbanos, con la participación de las mujeres y de los 
jóvenes. Continuamos el esfuerzo para la creación de las condiciones 
sociopolíticas que conducirán a la intensificación de la lucha por el 
poder popular, por la retirada de la Unión Europea y la OTAN, la 
cancelación unilateral de la deuda, la socialización de los medios de 
producción concentrados, por el desarrollo a favor del pueblo.
Científicamente está confirmado por 
nuestra teoría y práctica que solamente la solución de dos asuntos 
cruciales, el del poder y el de la propiedad en los medios de 
producción, solamente si la economía se desarrolla en base a la 
planificación central, se puede abrir el camino para la utilización de 
las capacidades productivas del país, para el desarrollo de la 
industria, de la producción agrícola y de los demás sectores de la 
economía teniendo como criterio las necesidades del pueblo.
Solamente en este caso es posible 
resolver el problema del desempleo, garantizar servicios sociales 
actualizados y gratuitos, asegurar la nutrición saludable del pueblo, la
 protección del medio ambiente, la abolición de las bases de las crisis 
capitalistas y de las rivalidades interimperialistas. Esta es la 
posición del KKE y esta posición le da fuerza en la lucha diaria.
 
 
 
          
      
 
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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