Serguéi Udaltsov, el dirigente del Frente de Izquierdas en Rusia, 
apenas  se había oído hablar antes de las últimas elecciones, pero sus 
emotivos  discursos, su huelga de hambre y sucesivos encarcelamientos, 
por no mencionar  el incidente ante la fuente helada en Moscú, le han 
convertido en un héroe para  muchos ciudadanos rusos. Ilya Azar se 
reunió con Udaltsov en una cafetería de  Moscú para hablar del 
surgimiento de un político sin miedo e inusual que ha  saltado al primer
 plano de la política.  
En
 la fotografía aparecen uno junto al otro: a la  izquierda, una joven en
 un vestido de novia blanco, a su derecha, un joven de  aspecto 
circunspecto en pantalones vaqueros negros y una camiseta blanca con  
una imagen de Stalin y el eslogan "La victoria será nuestra". En la mano
 que le  queda libre, el joven sostiene una pancarta con el mensaje 
"Putin es una  marioneta del capitalismo". Detrás de la pareja puede 
verse otra imagen de  Stalin. El líder soviético, en una imagen 
gigantesca, parece mirar a los recién  casados y sonreír aprobando su 
unión. 
Anastasia
 Udaltsova, secretaria de prensa del  "Frente de izquierdas", posteó 
recientemente esta fotografía de su boda en su  cuenta de Twitter. Ella y
 su esposo Serguéi Udaltsov se casaron en el 2001, dos  años después de 
que Vladímir Putin llegase al poder en Rusia. Tras abandonar el  
registro (en el álbum de fotos de la boda, Nastya se burla sobre el acto
 de  firmar en el registro, llamándolo un "acto de capitulación"), la 
pareja visitó  el mausoleo de Lenin y la oficina del partido 
pro-estalinista "Trudovaya  Rossiya" (Partido Obrero Ruso), cuyas 
juventudes encabezaba Serguéi. 
Diez
 años después, Nastya se encuentra en casa con  los dos hijos de la 
pareja cuando me reúno con Serguéi en el Costa Coffee de la  Plaza 
Pushkin. Udaltsov llega un poco tarde. Estaba haciendo otra entrevista 
en  el puesto de comida rápida justo al lado. Mientras preparábamos la 
entrevista  bromeó diciendo que prefería el Kentucky Fried Chicken 
porque no era tan  burgués. 
Pero
 el propio Udaltsov hoy es un poco más burgués.  Ya no viste camisetas 
con la efigie de Stalin y da conferencias de prensa  conjuntas en la 
Plaza Pushkin con su contrario ideológico, el liberal Boris  Nemtsov. 
También ha cambiado su aspecto: el cuidado peinado de empollón ha dado  
paso a una cabeza afeitada, podría decirse que un look revolucionario.  
"Sólo
 era un adolescente que quería escandalizar a  la gente", dice de 
aquella foto. "Era algo así como 'todos tenéis miedo de  Stalin, así que
 voy a llevar una fotografía suya en mi camiseta'. Obviamente,  mis 
puntos de vista han evolucionado en los últimos diez años." 
Udaltsov
 está por supuesto cansado de que le pregunten  por Stalin. Se niega a 
admitir que todavía es estalinista, pero aún no está  preparado para 
condenar a Stalin de manera inequívoca: "No soy una de esas  personas 
que no ve ninguna diferencia entre fascismo y comunismo. Sí, hubo  
elementos de totalitarismo en ambos, pero sus objetivos fueron muy 
diferentes,  y es muy peligroso equipararlos. El objetivo de Stalin era 
crear una sociedad  comunista, un estado del bienestar con igualdad de 
oportunidades y justicia  para todos." 
Además
 de su lucha contra los oficiales corruptos y  los burócratas perezosos,
 Serguéi aprueba el modo de vida famosamente modesto  de Stalin. El 
coordinador del Frente de izquierdas me recuerda que el líder  "murió 
con su abrigo puesto en un viejo sofá". Él mismo lleva siempre la misma 
 camisa cazadora negra durante el verano y el mismo abrigo negro durante
 el  invierno.
Protestas y arrestos
Protestas y arrestos
Udaltsov
 mencionó su cazadora, que tiene ya tres  años, en su emotivo discurso 
en la plaza Bolotnaya del 4 de febrero, como  respuesta al comentario 
despectivo de Putin de que el movimiento de protesta no  era más que una
 "revolución de abrigo de visón". Ésta fue la primera aparición  de 
Serguéi ante los nuevos "disidentes" o "urbanitas descontentos", como 
fueron  bautizados por el antiguo adjunto al director de la 
administración presidencial  e ideólogo del Kremlin Vladislav Surkov. En
 el momento de las dos anteriores (y  mayores) concentraciones en 
diciembre, Udaltsov se encontraba entre rejas. 
Udaltsov
 fue detenido preventivamente el 4 de  diciembre cuando abandonaba la 
vivienda de un amigo donde había pasado la noche  en un intento de 
evitar el arresto. De hecho, antes de las elecciones  parlamentarias, 
nadie en Rusia esperaba que decenas de miles de personas  tomasen las 
calles en protestas antigubernamentales. El propio Serguéi no  esperaba 
algo así, pero sin embargo, por la fuerza de la costumbre, anunció una  
concentración de la oposición sin autorización en la Plaza Manezhnaya. 
El
 4 de marzo, el día de las elecciones  presidenciales, fue una vez más 
arrestado y condenado a prisión cinco días,  aparentemente por haber 
cruzado un paso de cebra cuando no debía e insultar a  un policía. Un 
colega del Frente de Izquierdas y diputado de la Duma, Ilya  Ponomaryov,
 cree que el gobierno tomó la decisión de mantenerle alejado de  
cualquier protesta por si acaso. 
"Simplemente
 no querían que apareciese en ninguna  de aquellas concentraciones", 
afirma. "[Las autoridades] tenían esta pesadilla  en que aparecía 
Seryoga llamando a las masas a tomar el Kremlin al asalto y todo  el 
mundo le seguía. Tiene que recordar que Udaltsov realmente puede tocarle
 las  narices a los policías", añade Ponomaryov. En el transcurso de su 
carrera  política, el dirigente del Frente de Izquierdas ha sido 
detenido más de 100  veces. Pasa casi la mitad de cada año tras las 
rejas (afortunadamente su mujer  también es miembro del partido y no se 
queja demasiado).
En
 el vertiginoso punto culminante de la  "revolución nevada" de Rusia, 
las autoridades decidieron que era fundamental  mantener a Udaltsov 
alejado de las calles y le enviaron a prisión dos veces  más, por quince
 y diez días respectivamente. Aquel mes, Serguéi, gracias a una  
combinación de determinación oficial para mantenerle en prisión y su 
propio  anuncio de una huelga de hambre, pasó de ser un político poco 
conocido a héroe  nacional.
"Creo
 que cuando te encierran", explica, "una  huelga de hambre es de lejos 
el mejor de los medios no violentos para luchar  por tus derechos. Por 
supuesto, hay un elemento de cálculo. No estamos locos.  Pero necesitas 
poner a las autoridades en una situación en la que se convierta  en algo
 extraño para ellos seguir manteniéndote en prisión."
¿De dónde sale  Udaltsov?
Antes
 de diciembre, la prensa no se tomaba en serio  a Udaltsov, y la mayoría
 de los futuros "urbanitas descontentos" apenas había  oído hablar de 
él. Este graduado en la Facultad de derecho de la Universidad  del Mar 
de Moscú se convirtió en el año 2000 en el coordinador de la  
"Vanguardia de la Juventud Roja", las juventudes del Partido Obrero 
Ruso. En  los años siguientes organizó regularmente "encuentros 
populares" y mítines para  protestar contra el desarrollo del país, 
atrayendo rara vez a más de treinta  personas. Desde el 2009 en 
adelante, Udaltsov, en su papel de coordinador del  nuevo movimiento 
"Frente de izquierdas", fue uno de los motores detrás del "Día  de la 
ira" en que tuvieron lugar varias acciones antigubernamentales que  
atrajeron a más de 1.000 personas.
"Por lo común ocurría más o menos como sigue",  explica el periodista Andrey Kozenko, que trabajaba para el Kommersant
  en aquella época. "El teléfono sonaba, miraba el número de teléfono y 
levantaba  el auricular con un suspiro. Una voz educada me decía algo 
así como: "hicimos  un piquete frente al edificio del Ministerio de 
Economía, reclamando tomar todo  el dinero de los ricos y dárselo a los 
pobres. Dos personas fueron arrestadas.  ¿Podría su diario imprimir esta
 historia?" Los ministros y reivindicaciones  cambiaban, pero la última 
pregunta no lo hacía nunca. Y yo volvía a suspirar,  porque sería 
imposible darle incluso unas líneas. Era siempre muy frustrante  recibir
 estas llamadas y luego pensar en toda esta generación de jóvenes  
políticos que había crecido sin saber qué hacer con lo que las acciones 
que  llevaban a cabo."
Ahora
 las cosas son muy diferentes. Durante mi  entrevista con Udaltsov su 
teléfono suena incesantemente. Es más, responde casi  siempre, porque 
todavía no está acostumbrado a su estatuto de celebridad. Le  preguntan 
su opinión por prácticamente cada tema posible, y se ha convertido en  
la figura de la oposición más buscada, capaz de reconciliar su imagen 
como  implacable enemigo del sistema con su asistencia a fiestas 
convocadas por  Dimitri Medvédev.  
Udaltsov
 es posiblemente la figura más enérgica y  carismática de la política 
contemporánea rusa. Si le preguntas a cualquier  activista de la 
oposición por qué la concentración del 10 de diciembre se  trasladó de 
la Plaza de la Revolución a la Bolotnaya te responderán que fue  porque 
Udaltsov, el bloguero Alexey Navalny y uno de los líderes de 
"Solidaridad",  Ilya Yashin, se encontraban tras las rejas por entonces.
 No había simplemente  nadie para tomar el Kremlin al asalto.
El
 propio Udaltsov, cuando fue liberado en enero,  no sugirió a nadie 
tomar el Kremlin. Ni tampoco lo hizo en la Plaza Bolotnaya  el cuatro de
 febrero ni en la Plaza Pushkin el 5 de marzo.  
"¿Tomar
 el Kremlin al asalto?", replica. "Para eso  se necesitarían miles de 
soldados letones, soldados o marinos respaldándote,  como ocurrió en 
1917, o parecerías un agente provocador. No creo que se puedan  avanzar 
artificialmente los acontecimientos, nos guste o no. Aunque a mí por  
supuesto no me gusta", admite. 
Muchos
 calificaron a Udaltsov de agente provocador  tras la concentración "Por
 unas elecciones justas" en la Plaza Pushkin el 5 de  marzo. Udaltsov, 
sin discutirlo con nadie, anunció desde el escenario que él  
permanecería en la plaza hasta que Putin renunciase como presidente. 
Como idea  estaba obviamente destinada a fracasar, y condujo al brutal 
arresto en masa de  todos los que permanecieron junto a Udaltsov (y al 
propio Udaltsov). Su acto  irreflexivo provocó duras críticas a Udaltsov
 por parte de muchos  manifestantes.  
¿Adónde va  Udaltsov?
Por
 desgracia, Serguéi no sabe cómo hacer las cosas  de otra manera. Sabe 
cómo llevar a cabo una huelga de hambre o convocar una  marcha de 
protesta, sabe como hacerse arrestar. La vida sería por supuesto  
imposible sin este tipo de personas, que son un eje sobre el que gira la
  actividad política, una suerte de locura necesaria. Un fanático 
carismático es  una buena cosa, pero no es un instrumento efectivo de 
cambio. Vladimir Tor, uno  de los líderes de los nacionalistas rusos, 
afirma que se necesita el  instrumento adecuado para llevar a cabo el 
trabajo. El escritor y  nacional-bolchevique Eduard Limonov es aún más 
crítico con Udaltsov (aunque en  realidad lo es con todo el mundo 
excepto él mismo). Dice que Serguéi es un  hombre valiente, pero un 
político con la mentalidad de un sargento. 
A
 Tor le pareció divertida la imagen de Udaltsov  frente a una fuente. 
Mientras tanto, la fuente helada en la Plaza Pushkin a la  cual Udaltsov
 se encaramó con Navalny y Yashin ha enriquecido el vocabulario  
político de Rusia. Cuando le pregunto al propio Udaltsov quién es mejor,
 si  Stalin o Putin, me responde irónicamente: "Ninguno de los dos es 
una fuente", y  ríe mientras lo dice. Después de todo estamos sentados 
en la primera planta de  una cafetería desde la cual tenemos una gran 
vista de la famosa fuente, que  ahora ha sido rodeada de vallas durante 
un mes, para que, Dios mediante, nadie  quiera repetir la "heroicidad" 
de Udaltsov. 
Es
 imposible decir lo que Udaltsov hará ahora. Por  el momento está 
llamando a la gente a participar en la llamada "Marcha de los  millones"
 del 6 de mayo, aunque será un gran logro si la oposición logra una  
asistencia de 30.000 personas.
Está
 más o menos aceptado que Serguéi Udaltsov será  el principal sucesor de
 Guennadi Ziugánov al frente del Partido Comunista Ruso.  Fue su agente 
en las elecciones del 5 de marzo. El propio Udaltsov es cauteloso  en el
 asunto. 
"Ziugánov
 es un hombre de principios, eso es claro  para mí", afirma Udaltsov. "A
 él le preocupa el futuro del partido. Para él no  se trata una cuestión
 de tomar un nombre al vuelo. Y ha tenido éxito al a hora  de mantener 
la estructura del partido." 
En
 el futuro inmediato a Serguéi le gustaría crear  una coalición amplia 
de toda la izquierda que incluyese a "Rusia Justa" con  Serguéi Mirónov e
 Ilya Ponomaryov, así como su propia formación y la de  Ziugánov. 
Incluso ahora, dice, el Frente de Izquierdas está ganando los nuevos  
partidarios de los que hasta entonces había carecido. Sin embargo, hasta
  Udaltsov tiene que admitir que Rusia está muy lejos de una segunda 
revolución  socialista. "Objetivamente hablando, si hay procesos 
revolucionarios en  desarrollo ahora, tienen un carácter 
burgués-democrático: libertad, derechos  humanos, competición económica.
 Y es normal. Y por supuesto yo estoy a favor de  una revolución 
socialista, pero las condiciones no son aún maduras." 
Cuándo tardarán las semillas plantadas por Udaltsov  en germinar es algo que depende, en gran medida, del propio Udaltsov. 
Ilya Azar escribe para el portal de noticias de Moscú lenta.ru
Traducción para www.sinpermiso.info: Àngel  Ferrero
 
 

 
No hay comentarios:
Publicar un comentario