Katiuska
 Blanco Castiñeira, autora del libro, en fraternal encuentro con los 
asistentes al evento se refirió al arduo trabajo realizado y compilado 
en dos tomos de más de mil páginas en los siguientes términos:
“lo concibo como una expedición a la historia,
 el primer tomo de esta obra abarca desde la niñez, la adolescencia y la
 primera juventud de Fidel, desde el pequeño poblado de Birán –donde 
nació- hasta La Habana de los 50 cuando ya graduado comienza a ejercer 
con pasión la abogacía en defensa de los pobres y de las ideas 
revolucionarias.  Creo que lo que resume el primer tomo de alguna
 manera es que Fidel habla no solo de sus experiencias y de aquello que 
en su infancia y su primera juventud le fue más entrañable, algo como lo
 que él una vez dijo en Birán, lo que guardaba en su corazón, de alguna 
manera creo que en este libro es la primera vez que se escucha la voz de
 Fidel desde lo más íntimo, en esa primera etapa Fidel hace un retrato 
no solo de su vida inicialmente, sino de la época vivida, del tiempo de 
Cuba en otro tiempo, y creo que eso resume todo lo que de alguna manera 
pueda hablarse en ese primer tomo”.
            Katiuska
 leyó fragmentos de la introducción del libro donde se narra su primer 
contacto con Fidel y el inicio del proyecto, anunciado a Katiuska por el
 propio Fidel un día después del anuncio de su enfermedad en 2006, narró
 la autora: “El 1ro. de agosto, la voz de Fidel me sorprendió 
temprano: al otro día comenzaríamos a trabajar. Se encontraba presto a 
emprender la ardua labor de ampliar y enriquecer las respuestas dadas al
 periodista Ignacio Ramonet, pues había prometido una nueva edición del 
libro Cien Horas con Fidel, y temía que la obra quedara inconclusa, lo 
percibí en su desvelo por adelantar cuanto fuera posible, a pesar de su 
delicado estado de salud.” “…Recuerdo emocionada que cuando me recibió 
aquel día de agosto, estaba entre la vida y la muerte, sin embargo, me 
habló con valentía y seguridad de sus últimos disparos al tiempo: se 
concebía como un fusil guerrilero, de ahí el título del libro.”
            Luego dio
 la palabra a Miguel Barnet, quien resumió lo contenido en el segundo 
tomo del libro, que aborda la etapa donde el joven Fidel se convierte en
 un revolucionario. Tanto Katiuska como Miguel se refirieron a los lazos
 históricos que unen a la Revolución Cubana con Venezuela y su 
Revolución y recordaron la visita de Fidel a Caracas a pocos días del 
triunfo de la Revolución Cubana, en 1959: “fue algo realmente 
inolvidable, Fidel, todos los revolucionarios, todos los cubanos, le 
estuvimos muy agradecidos al General o Comandante Wolfang Larrazabal que
 envió armas desde aquí en un avión para la Sierra Maestra y eso no lo 
vamos a olvidar nunca” afirmó Miguel Barnet para ratificar que no es casual que el libro se presente en Caracas luego de la presentación en Cuba.
            Barnet resumió el contenido del segundo tomo de esta manera:
 “El tomo II de esta obra tan abarcadora, cubre un diapasón muy amplio 
que va, desde el golpe de Estado de Batista, hasta la ofensiva, la 
contraofensiva y el triunfo revolucionario.
            Cada 
uno de estos capítulos va develando el desarrollo creciente de una 
mentalidad que, en medio del fragor de los hechos políticos y las 
contradicciones, va incubando el más sólido pensamiento revolucionario, 
el que daría al traste con la dictadura y el capitalismo dependiente que
 vivía Cuba.
            
Guerrillero del Tiempo, tomo II, muestra la estatura moral de un ser 
humano cuya dimensión, como ha dicho Wilfredo Lam es imposible de medir.
 En la última carta que escribió a su hermana Lidia en mayo de 1955, 
desde la cárcel, confiesa: “Valdré menos cada vez que me haya 
acostumbrado a necesitar más cosas para vivir, cuando olvide que es 
posible estar privado de todo sin sentirse infeliz. Así he aprendido a 
vivir, y eso me hace tanto más temible como apasionado defensor de un 
ideal que se ha reafirmado y fortalecido en el sacrificio. Podré 
predicar con el ejemplo que es la mejor elocuencia…”, termina la cita.
            “Libros solo he necesitado –dice- y los libros los tengo considerados como bienes espirituales”.  
Extraido de "http://www.revolucionomuerte.org/"
 
 
 
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